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sábado, 6 de julio de 2013

El Evangelio para Niños: “Digan a todos que el Reino de Dios está cerca”


(Domingo XIV – TO – Ciclo C – 2013)
         ¿Cómo hacían antes, los reyes, cuando tenían que avisar de algo importante a sus súbditos? Porque en ese entonces, no había ni teléfonos celulares, ni “tablets”, ni mensajes de texto, ni “Whatsapp”, ni nada por el estilo. ¿Cómo hacían? Muy sencillo: enviaban un mensajero. Antes, cuando los reyes vivían en sus castillos y querían decirles algo a los que vivían en los pueblos, mandaban unos mensajeros, que se llamaban “heraldos”. Estos, una vez llegados al pueblo, se paraban en medio de la plaza, hacían sonar un tambor o una trompeta, para llamar la atención, y ahí sacaban del bolsillo el papel con el mensaje del rey, y lo leían en voz alta. Los que lo escuchaban, era como si estuvieran escuchando al rey.
         Bueno, eso que hacían los heraldos, en la época antigua, es lo que quiere Jesús -que es nuestro Rey y vive en algo más lindo que un castillo, y es el Reino de Dios-, que hagamos nosotros con todo el mundo: que anunciemos que el Reino de Dios está cerca: “Digan a todos que el Reino de Dios está cerca”. ¿Y esto qué quiere decir? ¿Quiere decir que tenemos que ir a la plaza más cercana, y cuando estemos ahí, tocar la trompeta y el tambor, sacar un papel en donde esté escrito: “El Reino de Dios está cerca”? No, Jesús no nos dice que hagamos eso. Quiere que digamos a todos que el Reino de Dios está cerca, pero de otra manera. ¿De qué manera? ¿Cómo quiere Jesús que anunciemos el Reino? Más que con palabras, Jesús quiere que anunciemos el Reino de su Papá, que es donde Él vive, con las cosas que hacemos todos los días.
         Jesús quiere que seamos como Él: “Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón”. El que no sea como Jesús –es decir, el que sea peleador y orgulloso- no podrá entrar en el Reino de los cielos y nadie sabrá que hay un reino en el que todos son como Jesús. En cambio, si alguien es como Jesús, manso y humilde, entonces todos van a saber que Jesús está vivo y viven en el Reino de su Papá, en los cielos.
         Jesús quiere que recemos, todos los días, y mucho, porque rezar es hablar con Dios Trinidad, y es recibir de las Tres Divinas Personas todo lo que estas Divinas Personas tienen para darnos, principalmente Amor y luz del cielo: el que reza mucho, tiene mucho amor y mucha luz; el que reza poco y nada, no tiene ni Amor ni luz, y vive en la oscuridad, y así nadie se va a enterar que hay un reino en donde todo es Amor y luz de Dios.
         Jesús quiere que lo amemos mucho a Él, a su Mamá, la Virgen, y a nuestros hermanos, porque en el Reino de los cielos sólo hay amor y nada más que amor; entonces, el que ama a Jesús, a la Virgen, y a sus hermanos en esta vida, y demuestra ese amor todos los días, por medio de la paciencia, el respeto, la bondad, la ayuda a los demás, les está diciendo que hay un reino, el Reino de Dios, en donde sólo hay amor, y que para poder entrar en él, lo único que hay que hacer es amar a Jesús, a la Virgen, y a los hermanos.
         Así es como Jesús quiere que anunciemos el Reino; Él es nuestro Rey que, desde el cielo, en donde vive con su Papá, nos envía a nosotros como heraldos de su Evangelio, para que digamos a todo el mundo que el Reino de Dios está cerca.
        
        


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