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sábado, 10 de mayo de 2014

El Evangelio para Niños: “Yo Soy la Puerta de las ovejas”


(Domingo IV – TP – Ciclo A – 2014)
         En este Evangelio, Jesús se compara con una puerta, y con la puerta de un corral de ovejas. ¿Por qué se compara Jesús con una puerta? Primero veamos qué hace una puerta abierta, y qué hace una puerta cerrada: una puerta abierta, les permite a las ovejitas, por la mañana, salir a comer pasto fresco y verde y beber agua fresca y pura; por la noche, cuando todas las ovejitas han entrado, la puerta se cierra, y todas quedan seguras de los peligros de la noche: los lobos y los ladrones, que se las quieren robar para quitarles su lana.
         Ahora podemos saber por qué Jesús se compara con una puerta: Jesús es la Puerta abierta de las ovejas porque en la Cruz, su Sagrado Corazón fue abierto por la lanza de los soldados romanos, entonces nosotros, que somos sus ovejas, podemos entrar por el costado abierto del Corazón de Jesús, para encontrar los pastos verdes y el agua fresca y pura, es decir, la gracia santificante, el Amor Puro y Santo de su Sagrado Corazón y su Divina Misericordia.
          Jesús es la Puerta cerrada de las ovejas, porque cuando nosotros nos refugiamos en su Sagrado Corazón, estamos bien seguros y resguardados de los peligros del mundo y de los lobos, es decir, las tentaciones del mundo y las trampas que nos tienden los ángeles caídos, los demonios. Cuando entramos en el Sagrado Corazón de Jesús y en el Inmaculado Corazón de María, estamos bien resguardados y seguros, como las ovejas en el redil, aseguradas por la puerta cerrada, porque ahí no pueden entrar los demonios ni los asaltantes, y las tentaciones del mundo no nos hacen nada.
         Jesús dice que Él es la Puerta y que el que entra por Él, se va a salvar, porque va la oveja que entre por la Puerta abierta que es Él, va a tener Vida, es decir, siempre va a estar segura, protegida y nunca se va a enfermar, y va a encontrar protección, cariño y amor; esto quiere decir que el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por la lanza en la cruz es la Puerta abierta al Amor de Dios y si nosotros entramos en Él, nunca nos vamos a enfermar, porque en Él encontramos la gracia de Dios y encontramos algo más grande que el cielo, encontramos la Vida y el Amor de Dios, que es infinito y eterno, como un mar sin fondo y sin orillas, como un cielo estrellado, que no tiene fin.

         Por todo esto, Jesús es la Puerta de las ovejas, que somos nosotros.

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