-Oración inicial: “Dios mío, yo creo,
espero, te adoro y te amo; te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni
te adoran ni te aman” (tres veces).
-Silencio.
Hacemos silencio exterior e
interior, porque Dios habla en el silencio, y el bullicio no nos deja escuchar
su suave voz.
-Meditación:
Querido Jesús Eucaristía,
venimos ante Tu Presencia sacramental a rendirte el homenaje de nuestra humilde
adoración, y para que la adoración sea perfecta, invitamos a tu Madre, que es
también nuestra, la Virgen María ,
y a todos los ángeles y santos del cielo.
Somos
débiles e inconstantes, pero venimos a postrarnos delante de ti, para renovar
nuestro pacto de amor, para que nuestro corazón, amándote, sirva de reposo y
descanso para el intenso dolor de tu Sagrado Corazón, dolor que aumenta al ver
a tantos de tus hijos, niños y jóvenes, que viven perdidos en el mundo,
enceguecidos por sus falsos atractivos, escuchando música perversa, que incita
a la impureza y a los desórdenes de todo tipo.
Sagrado
Corazón Eucarístico de Jesús, te ofrecemos nuestros corazones para que sean
como otros tantos sagrarios en los que puedas refugiarte, para no escuchar los
innumerables insultos, blasfemias, sacrilegios, que se cometen día a día entre
los jóvenes. Ven y derrama parte de tu dolor en nuestros pobres corazones,
porque no es justo que Tú hayas dado la vida por tantos niños y jóvenes, y
ellos te eviten a Ti, y prefieran en cambio a sus amigos, a sus diversiones, a
sus pasatiempos, a sus gustos mundanos. Tú diste tu vida en la Cruz por todos y cada uno de
los niños y de los jóvenes, y ellos, la gran mayoría, se olvidan de Ti, pero en
cambio se acuerdan muy bien de los ídolos de la música, del cine, del fútbol y
de Internet.
No es
justo que seas despreciado, olvidado y tratado con tanta indiferencia y desamor
por aquellos por quienes derramaste hasta tu última gota de sangre, los mismos
que se desviven por los cantantes de música, por las estrellas de cine, o por
los astros de fútbol, que nada hicieron por sus vidas, y nada harán, porque
nada pueden, porque sólo Tú eres el Salvador de la humanidad.
No es
justo que los niños y jóvenes se dejen influenciar por un mundo construido por
Satanás, en donde todo está pensado para hacerte olvidar, y para hacerte
despreciar, y para hacerte insultar. No es justo que los jóvenes vivan con sus
corazones vacíos de tu amor, y llenos de la soberbia y el orgullo del ángel
negro.
Querido
Jesús Eucaristía, llama a estos niños y jóvenes, engañados por los espejitos de
colores de un partido de fútbol, de una canción impura, de un concierto de
música, de juegos de computadora; llámalos por su nombre, a ellos y también a
los adultos, y a nuestros seres queridos, y a todo el mundo; llámalos
suavemente, háblales al corazón, y verás cómo te responden, dejando todo lo
mundano, para correr a postrarse delante de Tu Presencia sacramental.
Sagrado
Corazón Eucarístico de Jesús, te ofrecemos nuestra adoración, como humilde
reparación por tantos y tantos niños y jóvenes, adultos y ancianos, que no
creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman.
-Despedida:
Ya nos retiramos, Jesús
Eucaristía, pero queremos decirte que Te adoramos y te glorificamos con toda la
fuerza de nuestro ser y de nuestro corazón, porque eres nuestro Dios, nuestro
Todo, nuestra Vida, nuestra Alegría y nuestro Amor, y sin Ti no hay nada bueno,
solo tinieblas y oscuridad.
Ven,
Jesús, ven a nuestras almas y a las almas de nuestros seres queridos, por medio
de la poderosa intercesión de la Inmaculada
Virgen María, tu Madre y Madre nuestra, para que te adoremos
y alabemos y nos alegremos en tu Presencia, en el tiempo y en la eternidad.
-Oración final:
“Dios
mío, yo creo, espero, te adoro y te amo; te pido perdón por los que no creen,
ni esperan, ni te adoran ni te aman” (tres veces).
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