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viernes, 23 de octubre de 2015

Catecismo para Niños de Primera Comunión - Lección 17 - Subió a los cielos


Catecismo para Niños de Primera Comunión - Lección 17 - Subió a los cielos[1] 
         Doctrina
         ¿Cuándo subió Jesucristo a los cielos? Jesucristo subió a los cielos pro su propio poder a los cuarenta días de resucitado, en presencia de los Apóstoles y numerosos discípulos.
         ¿Dónde está ahora Jesucristo? Jesucristo, en cuanto que es Dios, está en todas partes, y en cuanto hombre está solamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del altar, la Eucaristía. Es decir, subió a los cielos, glorioso y resucitado, pero al mismo tiempo se quedó con nosotros, en la tierra, en la Eucaristía, para acompañarnos desde el sagrario todos los días, hasta el fin del mundo, como lo había prometido.
         ¿Con qué palabras consoló Jesús a los apóstoles en su sermón de despedida? Jesús dijo a los Apóstoles: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Voy allá a prepararos también un lugar para vosotros; después volveré para llevaros conmigo, a fin de que también estéis donde estoy Yo” (Jn 14, 2-3). Precisamente, nuestra vida terrena es muy breve y estamos aquí “de paso” –Santa Teresa de Ávila decía que esta vida era “una mala noche en una mala posada”-, porque nuestro destino definitivo y eterno es la Casa del Padre, el Reino de los cielos, en donde Jesús nos tiene preparada una habitación para cada uno de nosotros. Pero para poder entrar a la Casa del Padre, debemos hacer tres cosas: vivir en gracia, evitar el pecado y obrar la misericordia para con los más necesitados.
         Explicación
Esta lámina presenta la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo a los cielos, la cual tuvo lugar a los 40 días después de su Resurrección. Él subió al cielo desde el monte de los Olivos, en cuerpo y alma, y por su propia virtud; no como la Virgen en manos de los ángeles, sino por sí mismo.
Poco antes de subir Jesucristo al cielo, se habían reunido allí todos los apóstoles y discípulos a los que les dio sus últimas instrucciones, y después bendiciéndolos subió majestuosamente, alejándose de ellos hasta que una nube luminosa le ocultó a sus ojos y les fue dicho por unos ángeles que lo mismo que lo habían visto subir al cielo, vendría así de nuevo al fin de los tiempos.
La Ascensión de Jesús fue un triunfo apoteósico. Se elevó victorioso sobre todos sus enemigos y triunfalmente se llevó tras de sí a las multitudes de redimidos que había sacado del Limbo.
Práctica: Me esforzaré por ser fiel cumplidor de los Mandamientos de la Ley de Dios, para así poder merecer la habitación en la Casa del Padre que Jesús preparó para mí con su Ascensión.
Palabra de Dios: Jesucristo “después de su Pasión se dio a ver en muchas ocasiones (a sus apóstoles), apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del Reino de Dios” (Hech 1, 2-3). Después “los llevó hasta cerca de Betania, y levantando sus manos los bendijo y mientras los bendecía se alejaba de ellos, y era llevado al cielo. Ellos se postraron ante Él” (Lc 24, 50-51). “Diciendo esto y viéndolo ellos, se elevó y una nube lo ocultó a sus ojos. Estando mirando atentamente hacia el cielo mientras Él se iba, he aquí que se presentaron dos varones con vestiduras blancas y les dijeron: “Hombres de Galilea, ¿qué están mirando al cielo? Ése Jesús ha sido arrebatado de entre vosotros al cielo, vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hech 1, 9-11).
Ejercicios bíblicos: Hech 1, 3; Jn 14, 2-3; Col 3, 1-2.



[1] Adaptado de El Catecismo ilustrado, de P. BENJAMÍN SÁNCHEZ, Apostolado Mariano, Sevilla3 1997.

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