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sábado, 26 de agosto de 2017

El Evangelio para Niños: Jesús es el Dios de la Eucaristía


(Domingo XXI – TO – Ciclo A – 2017)

         Jesús les pregunta a sus amigos qué es lo que la gente piensa que es Él, y sus amigos le dicen que la gente piensa que Él es Juan el Bautista, o Elías, o algún profeta. Después Jesús les pregunta a ellos qué es lo que ellos piensan que es Él, y el primero en responder y el único en responder de forma correcta es Pedro: “Tú eres el Hijo de Dios”. Y Jesús lo felicita porque le dice que ha sido Dios Padre quien le ha inspirado la respuesta.
         Esto quiere decir que Jesús no es un hombre cualquiera, sino Dios Hijo encarnado, es decir, Jesús es la Segunda Persona de la Trinidad, que está unida a un cuerpo y a un alma humanos. Jesús es Dios, no es un hombre cualquiera.
         Por eso, el Jesús de la Iglesia Católica, es el Único Jesús verdadero, mientras que el Jesús de las sectas o de las iglesias evangélicas, son falsos, porque para ellos Jesús no es Dios, sino solo un hombre bueno, un profeta, pero solo un ser humano, y nunca Dios Hijo en Persona. Menos todavía es verdadero el Jesús de los judíos, para quienes es solo un hombre, o el Jesús de los musulmanes, para quienes también Jesús es solo un hombre.
         Sólo la Iglesia Católica cree en el verdadero Jesús, que es Dios Hijo, el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad. Y esto es muy importante, porque si Jesús es Dios, entonces la Eucaristía es Dios, porque la Eucaristía es Jesús, el Hijo de Dios, que está escondido, invisible, en la Eucaristía.
         Es por eso que solo los católicos adoramos la Eucaristía, porque sólo los católicos tenemos Eucaristía; los demás, solo tienen un pan bendecido. Y cuando comulgamos, nos unimos a Jesús y Él nos da su Espíritu Santo, que santifica y hace igual a Dios nuestras almas, además de purificar nuestros cuerpos.
         Por eso, cometen un gravísimo error los católicos que se van a las sectas o a otras religiones, porque dejan al Dios verdadero, que está en la Eucaristía, por un Jesús falso.

         Desde la Eucaristía, Jesús también nos pregunta a nosotros: “¿Y tú, hijo mío, quién dices que soy en la Eucaristía?”. Y nosotros, iluminados por el Espíritu Santo y con la luz de la Fe de la Iglesia, le decimos: “Jesús, Tú eres el Dios de la Eucaristía, y por eso nosotros te adoramos en la Eucaristía y te recibimos con amor en la comunión eucarística”.

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