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domingo, 6 de agosto de 2017

El Evangelio para Niños: Jesús se transfigura en el Monte Tabor


(Ciclo  A – 2017)

         En un lugar que se llama “Monte Tabor”, Jesús se transfigura delante de sus discípulos. “Transfigurarse” quiere decir que su Rostro brillaba como miles de soles juntos y que su vestimenta estaba cubierta de luz, pero no de una luz que venía de afuera, sino una luz que venía de adentro de Jesús. Y esto sucede porque Jesús es Dios y Dios es luz, pero no una luz como nosotros la conocemos aquí en la tierra, sino que es una luz desconocida, de origen celestial, que da la Vida y el Amor de Dio al que ilumina.
         ¿Por qué se transfigura Jesús? Porque Él quiere que lo vean revestido de luz, para que se den cuenta de que Él es Dios, porque en poco tiempo tendrá que sufrir la Pasión, y ahí aparecerá en el Monte Calvario todo cubierto de sangre, de heridas abiertas, de golpes, de hematomas; en la Pasión aparecerá no cubierto de gloria, sino de humillación; no cubierto de la gloria de Dios, sino de la Sangre que los hombres le harán salir a causa de las flagelaciones y los golpes. Se transfigura para que cuando lo vean así en la Pasión –coronado de espinas, sangrando, humillado-, se acuerden de que Él es Dios y así tomen valor en esas duras y amargas horas.
         Pero la Transfiguración es también para nosotros, para que sepamos que así como es el Cuerpo de Jesús en el Monte Tabor: en el cielo, todos estaremos resplandecientes de luz, con la luz de Dios; no habrá enfermedades, ni dolor, ni llanto, ni tampoco nadie envejecerá, sino que todos seremos eternamente jóvenes.

         Pero es también para que sepamos que, así como Jesús, antes de subir resucitado y glorioso, tuvo que pasar por la Cruz, así también nosotros, si queremos llegar al Cielo en la otra vida, en esta vida tenemos que abrazarnos a la Cruz y seguir por detrás de Jesús.

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