(Ciclo
B – 2018)
La Iglesia recuerda hoy un gran milagro eucarístico ocurrido
en la Basílica de Santa Cristina en Bolsena, Italia.
Un sacerdote, Pedro de Praga, tenía dudas de fe acerca de lo
que la Iglesia enseña sobre la Eucaristía, de que en la misa, por las palabras
que dice el sacerdote “Esto es mi Cuerpo, esta es mi Sangre”, el pan y el vino
se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Para recibir la gracia de la
fe, el sacerdote había hecho una peregrinación hasta Roma, para rezarle a San
Pedro y pedirle la gracia de la fe en la Eucaristía.
Cuando regresaba a su país, Bohemia, pasó por el pueblito de
Bolsena y en la Basílica de Santa Cristina celebró la misa, en el año 1264. Después
de pronunciar las palabras de la consagración y en el momento en que elevaba la
Eucaristía, ésta se transformó en músculo del corazón, que estaba vivo, como si
la persona dueña del corazón estuviera ahí. Como estaba vivo, salía mucha
sangre, tanta, que manchó el corporal y también el pavimento de mármol.
El Papa de ese entonces, Urbano IV, mandó que le llevaran el
milagro y él mismo salió a recibirlo en persona y cuando estuvo delante del
milagro, se arrodilló en acción de gracias y luego él lo llevó en procesión
hasta el vecino pueblito de Orvieto. Desde entonces, el Papa ordenó que en toda
la Iglesia se celebrara la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor, en
recuerdo de ese milagro.
Pero nosotros tenemos que saber que ese mismo milagro se
produce, en cada Santa Misa, de modo invisible, aunque no lo podamos ver con
los ojos del cuerpo: después que el sacerdote dice: “Esto es mi Cuerpo, esta es
mi Sangre”, el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Jesús.
Por eso no necesitamos que se haga de nuevo el milagro, porque nos basta y
sobra que ya haya sucedido una vez, además de que nos basta lo que la Iglesia
nos enseña en el Catecismo.
Cuando vayamos a comulgar la Eucaristía, entonces,
recordemos que no comulgamos un poco de pan, sino el Cuerpo, la Sangre, el Alma
y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.
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