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sábado, 9 de junio de 2018

El Evangelio para Niños: El pecado contra el Espíritu Santo jamás será perdonado



(Domingo X – TO – Ciclo B – 2018)

         ¿En qué consiste este pecado, que es tan grave? No consiste en decir malas palabras contra el Espíritu Santo: consiste en no querer cumplir los Mandamientos de la Ley de Dios, para poder seguir pecando. Es no querer convertir el corazón y dejar que el corazón siga apegado a las cosas de la tierra.
         Es como si alguien, teniendo en frente suyo los Diez Mandamientos, dijera: “Yo sé cuáles son los Diez Mandamientos, pero en vez de cumplirlos, voy a cumplir mi propia voluntad y no la voluntad de Dios”. Es como si alguien dijera: “Yo sé que Dios quiere que yo cumpla los Mandamientos de su Ley, pero en realidad yo quiero hacer lo que yo quiero y no lo que quiere Dios”. Ése es el pecado contra el Espíritu Santo, porque quiere decir no dejar que el Espíritu Santo entre en nuestros corazones, lo purifique de todo pecado con la Sangre de Cristo y lo deje lleno de la gracia de Dios. Podemos imaginar lo siguiente: un corazón que está todo embarrado, todo lleno de lodo y suciedad y con olor a podredumbre y viene alguien y le ofrece limpiarlo, para que el corazón quede limpio, brillante, con olor a jabón y a perfume, así como queda la casa después que mamá limpia y deja todo brillante. Pero esta persona, que tiene este corazón así todo mal oliente y sucio, en vez de permitir que su corazón sea limpiado –esto es lo que sucede en el Sacramento de la Confesión-, elige que su corazón quede sucio y maloliente, porque en fondo prefiere el pecado a la gracia de Dios.
         Le pidamos a la Virgen que interceda para que recibamos la gracia de nunca cerrar nuestros corazones a la acción del Espíritu Santo y que por el contrario, abramos de par en par las puertas de nuestros corazones para que el Espíritu Santo entre en ellos y lo purifique de todo mal y lo santifique, para mayor gloria de Dios.

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