(Homilía
en ocasión de Misa de egresados para niños de Primaria)
Inician una nueva etapa en sus vidas y en esta nueva etapa,
no van a estar solos, porque cuentan, por supuesto, con el apoyo de sus seres
queridos, de sus padres, de sus familias. Pero también hay que tener en cuenta
que además, ustedes tienen un Amigo al que nunca hay que olvidar y este Amigo
se llama “Jesús”, que es Dios y como es Dios, está en el Cielo, pero también está
aquí en la tierra, en una casita especial llamada “sagrario”. Jesús está en el
sagrario esperando que vayamos a visitarlo, así como se visita al mejor amigo
que tenemos y nos espera para darnos el Amor de su Sagrado Corazón. Nunca nos
olvidemos de Jesús; lamentablemente, muchos niños y jóvenes se olvidan de Jesús
y no se acuerdan más de Él; no lo vienen a visitar nunca en el sagrario; lo
dejan solo y abandonado y así se Jesús queda solo y triste, porque no lo vienen
a visitar. Muchos niños y jóvenes no vienen nunca a visitarlo en su casita en
la tierra, que es el sagrario y se olvidan de Él y sólo se acuerdan de Él
cuando están por casarse o incluso recién cuando son viejitos y están por
morir.
No cometamos ese error; debemos saber que Jesús está
esperando en el sagrario todo el día, todos los días, en cualquier momento y en
cualquier circunstancia en la que nos encontremos; Jesús nos está esperando
para darnos la luz, la vida y el amor de Dios Trinidad y es por eso que, cuando
venimos a visitar a Jesús, nunca, pero nunca, nos retiramos con las manos
vacías.
Hagamos entonces el propósito de visitar a Jesús en el
sagrario, de no olvidarnos de Él, que es el Amigo Fiel, el Amigo que nunca
falla, el Amigo que nunca abandona, el Amigo que está con nosotros en todo
momento y le prometamos a la Virgen, que es la Madre de Dios, la Madre de
Jesús, que nunca nos vamos a olvidar de su Hijo Jesús, que está en la
Eucaristía, en el sagrario, para darnos todo el Amor de su Sagrado Corazón
Eucarístico