La
Segunda Aparición del Ángel
Durante
el verano de 1916 los tres primos estaban jugando en el calor del día en el
jardín cerca del pozo detrás de la casa de los Santos en Aljustrel. Lucía
describe cómo el ángel se les apareció una vez más, pero esta vez,
reprochándoles por su falta de seriedad espiritual.
Dice
así Sor Lucía: “Ocurrió a mediados del verano, cuando llevábamos los rebaños a
casa hacia mediodía para regresar por la tarde. Estábamos a la sombra de los
árboles que rodeaban el pozo de la quinta Arneiro. De pronto vimos al mismo
Ángel junto a nosotros: ‘¿Qué estáis haciendo? ¡Rezad! ¡Rezad mucho! Los
corazones de Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia.
Ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!’. ¿Cómo hemos de
sacrificarnos?, pregunté. ‘De todo lo que pudierais ofreced un sacrificio como
acto de reparación por los pecados cuales Él es ofendido, y de súplica por la
conversión de los pecadores. Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el
Ángel de su guardia, el Ángel de Portugal. Sobre todo, aceptad y soportad con
sumisión el sufrimiento que el Señor os envíe”.
Esta
aparición renovó el mismo efecto profundo que tuvo el primero en ellos. Lucía
nos dice: Estas palabras hicieron una profunda impresión en nuestros espíritus;
fueron como una luz que nos hacía comprender quién es Dios, cómo nos ama y
desea ser amado, el valor del sacrificio, cuánto le agrada y cómo concede en
atención a esto la gracia de conversión a los pecadores. Por esta razón, desde
ese momento, comenzamos a ofrecer al Señor cuanto nos mortificaba, repitiendo
siempre la oración que el Ángel nos enseñó.
Enseñanzas
espirituales en la segunda aparición del Ángel de Portugal
-El
Ángel se les aparece mientras están jugando, y les dice que deben rezar, ya que
los corazones de Jesús y María tienen designios misericordiosos para ellos. De hecho,
en poco tiempo, Lucía y Francisco morirán e irán al cielo; Lucía, en cambio,
vivirá más tiempo, aunque también morirá y será llevada al cielo. La Misericordia
Divina quiere que todos nos salvemos y vayamos al cielo, pero para eso, es
necesario rezar, por nosotros y por quien no lo hace.
-El Ángel les dice que además de rezar, deben ofrecer “sacrificios
al Altísimo”, y que lo pueden hacer “en todas las formas que puedan”, pidiendo
por los pecadores y reparando por las ofensas cometidas contra Jesús. Todo el
mal del mundo, todos los pecados de los hombres, todas las cosas malas que los
hombres hacen, desde las más pequeñas hasta las más grandes, todo ofende a
Jesús, porque Jesús es la Bondad y el Amor infinitos, y en Él no hay sombra
alguna de maldad. Por eso es que no puede tolerar la maldad, ni la más pequeña,
aun si viene del más inocente niño. Muchos hombres ofenden a Dios con
muchísimos pecados, y muchos lo hacen de modo voluntario, y ése es el motivo
por el cual el cristiano, que ama a Cristo, tiene que ofrecer sacrificios y
oraciones en reparación por los que ofenden a Jesús. Sacrificarse es orar con
el cuerpo, y tiene mucho valor esta forma de oración, porque es unirse al
sacrificio de Jesús en la Cruz. El sacrificio “en todas las formas que puedan”,
quiere decir que de todo se puede hacer sacrificio, sin necesidad de hacer
grandes peregrinaciones para tal motivo. Por ejemplo, se puede ofrecer,
interiormente, en silencio, sin que nadie se de cuenta, a Jesús y a la Virgen,
un día de mucho calor, o de mucho frío; una comida que no me gusta, la como sin
quejarme; una tarea en el hogar, que no me gusta hacer, pero la hago en
silencio y gustoso; en vez de dar una respuesta impaciente, rechazo la
impaciencia y contesto con afecto y amor; una persona que no me cae simpática,
tratarla con amor y respeto, por amor a Jesús, etc. Como dice el Ángel, “de
todo” se puede ofrecer sacrificios, pidiendo por la conversión de los
pecadores.
-El Ángel les dice que “acepten y soporten con paciencia los
sufrimientos que Dios les enviará”. Contrariamente a lo que puede parecer, las
apariciones de los ángeles, o de la Virgen y Jesús, no significa que “todo va a
ir bien”, que no vamos a tener problemas de ninguna clase, que vamos a ser
admirados, aplaudidos y respetados por todo el mundo. El Ángel les advierte que
Dios les enviará “sufrimientos”, y que deben “aceptarlos y soportarlos con
paciencia”. Esto se debe a que la bendición de Dios no es lo que el mundo
piensa; estar bendecido por Dios no significa “no tener problemas”, y que los
negocios del mundo vayan viento en popa; no quiere decir ganar mucha plata, ni
tener buen trabajo, ni estar libre de enfermedades o tribulaciones, porque la
bendición de Dios pasa por la Cruz. Para entender la bendición de Dios, hay que
mirar a Jesús crucificado: en la Cruz, Jesús no está “cómodo”; en la Cruz, no
está sin tribulaciones, al contrario, es la Gran Tribulación de la Cruz; en la
Cruz está dolorido, y sufre con pena la traición y el abandono de muchos de sus
amigos. Ser bendecido por Dios, quiere decir ser crucificados junto a Jesús, y
eso es muy distinto a lo que el mundo toma como “bendición”. Pero también el
que está crucificado junto a Jesús, tiene el consuelo de la presencia de la
Virgen María, porque Ella está al pie de la Cruz, consolando con su amorosa
presencia maternal a su Hijo Jesús. Que Dios envía sufrimientos a quienes bendice,
eso lo experimentaron en persona los pastorcitos: al poco tiempo, sufrieron la
incomprensión de sus padres –aunque finalmente los padres creyeron-, de alguna
gente del pueblo, que no les creían que se les apareciera la Virgen; también
sufrieron y mucho, de parte de las autoridades civiles, quienes los llegaron
incluso a amenazar con hacerlos hervir en aceite si no decían que todo era
mentira; luego, sufrieron en sus cuerpos, porque se enfermaron gravemente y
murieron. Frente a los sufrimientos, los niños hicieron como el ángel les había
dicho: aceptaron y soportaron todo con paciencia, porque eran sufrimientos
venidos de Dios, que es infinitamente bueno, y como Dios es infinitamente
bueno, el sufrimiento que manda, cuando se lo une a la Cruz de Jesús, Dios lo
convierte en bendición y alegría. Además, en comparación, el sufrimiento dura
muy poco, y a cambio de ese sufrimiento aceptado, Dios nos da ¡una eternidad de
alegría! Eso es lo que les pasó a los pastorcitos: sufrieron todo esto por muy
poco tiempo, y ¡ahora viven en el cielo, alegres junto a Jesús y a la Virgen,
para siempre!
-El Ángel les dice que él es el “Ángel de Portugal”, lo cual
quiere decir que no solo las personas tienen un Ángel Custodio, sino que el
país tiene su propio Ángel Custodio. Entonces nuestra Patria Argentina también
tiene un ángel custodio, el Ángel de Argentina, y a él hay que rezarle y
pedirle por nuestra Patria y nuestros compatriotas, porque ha sido puesto por
Dios para que nos asista. Por ejemplo, hay que pedirle por los gobernantes, por
los problemas que se suceden todos los días, y también por Malvinas, para que
las recuperemos para siempre, y por todo lo que nuestra querida Patria necesite,
sobre todo la paz, que viene por la oración y los sacrificios. Además, es
doctrina de la Iglesia que todo grupo humano –familia, grupos de oración, etc.-
tiene su ángel custodio.
-Lucía dice que las palabras del Ángel actuaron en sus almas
como “llamas ardientes” que les hicieron comprender “quién es Dios, cuánto nos
ama, cuánto quiere que lo amemos, y cuánto le agrada el sacrificio que podamos
hacer por la conversión de los pecadores. Dios es Amor infinito, como un océano
sin playas y sin fondo, y quiere que todos nos salvemos, por la oración, el
amor al prójimo y los sacrificios por los pecadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario