Catecismo
para Niños de Primera Comunión[1] - Lección 34 - Las figuras de la
Eucaristía - La Comunión Eucarística
Doctrina
¿Qué es la Sagrada
Comunión? La Sagrada Comunión es recibir al mismo Jesucristo bajo las
especies de pan y vino. En otras palabras, quiere decir que, aunque nosotros
vemos algo que parece pan y tiene sabor a pan, en la Eucaristía está el mismo
Jesucristo en Persona. Es como si se nos apareciera, con su Cuerpo glorioso y
resucitado, pero escondido bajo lo que parece pan y vino. Al comulgar, hacemos
que Jesús entre en nuestros corazones, por eso es que tenemos que tener el
corazón en gracia santificante y libre de amores mundanos, para poder amar a
Jesús que viene a visitarnos a la habitación más privada de nuestra casa, que
es nuestro corazón. Cuando comulgamos, tenemos que olvidarnos de todo y pensar
que recibimos al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, para poder darle todo
nuestro amor, ya que Jesús nos da todo el Amor de su Corazón en cada Comunión,
sin reservarse nada. Si no sabemos cómo comulgar dignamente, le podemos pedir a
la Virgen que nos ayude a comulgar, pidiéndole que Ella reciba nuestra Comunión
en lugar nuestro, para que le dé a Jesús Eucaristía, de parte nuestra, todo el
amor que nosotros no podemos darle.
¿Para qué recibimos a
Jesucristo en la Sagrada Comunión? Recibimos a Jesucristo en la Sagrada
Comunión para que Él nos alimente nuestras almas con su Vida eterna y su Amor
misericordioso. Lo recibimos también para que Jesús venga en Persona a nuestros
corazones y nosotros podamos decirle que lo amamos y lo adoramos y que queremos
que nunca nos deje solos.
¿Cuántas cosas son necesarias
para recibir la Comunión? Para recibir la Sagrada Comunión son necesarias
tres cosas:
1-Estar en gracia de Dios (es decir, limpios de pecado
mortal).
2-Guardar el ayuno eucarístico (significa no haber comido ni
bebido nada desde una hora antes de comulgar. El agua no rompe el ayuno).
3-Saber a quién vamos a recibir: esto quiere decir que no
puede comulgar quien no sabe qué es la Eucaristía, o que no sabe que Jesús está
en Persona, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Eucaristía.
¿Quién puede comulgar
todos los días? El que se encuentre en estado de gracia y tenga recta
intención (deseando recibir a Jesucristo y su Amor, guardando el ayuno
eucarístico) puede comulgar todos los días.
Explicación
Jesús Eucaristía es el
Cordero de Dios
Las figuras de la Eucaristía
La 1ª figura es el Cordero Pascual,
imagen viva de Jesucristo, que fue muerto y sacrificado en el altar de la cruz por
la salvación de los hombres. En el Antiguo Testamento, en la Pascua, los
hebreos comían cordero asado, pan ázimo, es decir, sin levadura, y bebían en la
copa el vino pascual. Pero la pascua judía era solo una figura de la verdadera
Pascua, que es la que celebramos nosotros en la Santa Misa: allí comemos la
Carne del Cordero de Dios, el Pan Vivo bajado del cielo y el Vino de la Alianza
Nueva y Eterna. Los cristianos participamos de la Pasión de Cristo comiendo su
carne en la Sagrada Comunión y recordando que Cristo se dejó matar y se
sacrificó por nosotros como manso cordero, uniéndonos a Él como víctimas de la
Divina Justicia y de la Divina Misericordia, para la salvación de las almas.
La 2ª figura es el
Maná: en el desierto, los israelitas recibieron un alimento milagroso
llamado “Maná”, y así pudieron llegar a la Tierra Prometida, la Jerusalén de la
tierra. Pero ese maná era sólo una figura y un anticipo del verdadero Maná
bajado del cielo, la Eucaristía. Los cristianos caminamos por el desierto de la
vida hacia la Jerusalén celestial, y el alimento que nos da fuerzas para llegar
a nuestro destino final, es el Verdadero Maná bajado del cielo, el Pan de Vida
eterna, la Eucaristía.
La 3ª figura de la
Eucaristía es Melquisedec, rey y sacerdote, que ofrece pan y vino en
memoria de una gran victoria por Abraham. Melquisedec es figura de Jesucristo y
el pan y el vino son figuras de la Eucaristía y el Vino de la Nueva Alianza,
ofrecidos a Dios Padre por la victoria de Jesucristo en la cruz sobre los tres
grandes enemigos de la humanidad: el demonio, el pecado y la muerte.
La 4ª figura es el
Arca de la Alianza: el Arca simboliza nuestros Sagrarios, en donde se guarda
la Sagrada Eucaristía: así como en la Antigua Arca se guardaba una porción del
Maná con que Dios alimentó a su Pueblo, así en nuestros Sagrarios se guarda el
Verdadero Maná bajado del cielo, la Eucaristía, con la que nosotros, Nuevo
Pueblo de Dios, somos alimentados por nuestro Padre Dios, en nuestro camino
hacia la Nueva Tierra Prometida, la Jerusalén celestial.
La 5ª figura es el
pan que dio un ángel al profeta Elías quien, desfallecido, no podía llegar
al término del viaje, pero una vez que recibió este milagroso alimento, pudo
andar cuarenta días sin cansarse, hasta el monte Horeb. Ese pan que recibió
Elías es figura de la Eucaristía, el Pan Vivo bajado del cielo, que nos nutre
con la vida y el amor de Dios y nos da fuerzas en nuestro peregrinar al cielo,
durante el tiempo que dura nuestra vida terrena.
Práctica:
Si sé que Jesús está en la Eucaristía en Persona, es decir, con su Cuerpo, su
Sangre, su Alma y su Divinidad, y que está ahí para darme TODO el Amor de su Sagrado Corazón, haré el
propósito de no faltar nunca a Misa por las cosas del mundo, y también haré el
propósito de hacer Adoración Eucarística y de visitarlo a menudo en el Sagrario.
Palabra de Dios:
“Jesús dijo: ‘Tomad y comed: Esto es mi Cuerpo…” (Mt 26, 26); “Si alguno come
de este pan vivirá para siempre y el pan que yo daré es mi carne… El que come
mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y Yo lo resucitaré el último día”
(Jn 6, 51-57). Pero notemos lo que dice San Pablo de la comunión indigna, es
decir, hecha en pecado mortal: “Quien come el pan y bebe el cáliz del Señor
indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese a sí
mismo el hombre, y entonces coma del pan y beba del cáliz, pues el que come y
bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación” (1 Cor 11,
27-28).
Ejercicios bíblicos:
Jn 6, 51; Cor 11, 23-24; Lc 22, 19;
Jn 6, 54.
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