Doctrina
¿Qué
es la Eucaristía? La Eucaristía
es el Sacramento del Cuerpo y Sangre de Jesucristo bajo las especies de pan y
vino.
¿Para
qué instituyó Jesucristo la Eucaristía? Para estos tres fines:
1-Para cumplir su promesa de que habría de estar “todos los
días con nosotros, hasta el fin del mundo” (cfr. Mt 28, 20). Al quedarse en la Eucaristía, Jesús está en medio
nuestro, para que nosotros tengamos la posibilidad de acudir al sagrario para
amarlo en la adoración eucarística, para darle gracias por su Amor y para
pedirle por todo lo que necesitemos, siempre que sea conveniente para nuestra
eterna salvación.
2-Para que, ofreciéndose por nosotros en el Santo Sacrificio
de la Misa, que es la renovación incruenta y sacramental del Santo Sacrificio
del Calvario, nosotros, que vivimos en el siglo XXI y alejados miles de
kilómetros del Monte Calvario, pudiéramos acceder a los beneficios de la
Redención obtenidos al precio de su Sangre derramada en la Cruz. Asistir a la
Santa Misa es como si “viajáramos en el tiempo” y estuviéramos, el Viernes
Santo, asistiendo al Santo Sacrificio de Jesús en la Cruz.
3-Para darse como alimento espiritual en la sagrada
Comunión: en la Comunión, Jesús nos alimenta con un manjar celestial, que
consiste en Pan, Carne y Vino: el Pan de Vida Eterna, su Cuerpo resucitado en
la Eucaristía; la Carne del Cordero de Dios, su Cuerpo glorificado en la Eucaristía;
y el Vino de la Alianza Nueva y Eterna, su Sangre derramada en la Cruz y
vertida en el Cáliz eucarístico.
¿Cuándo comienza a
estar Jesucristo en la Eucaristía? Jesucristo empieza a estar en la
Eucaristía en el momento de la consagración de la Misa.
¿Qué es la Hostia
antes y después de la consagración? La Hostia antes de la consagración es
pan de trigo, y después de la consagración es el Cuerpo de Jesucristo.
¿Qué hay en el cáliz
antes y después de la consagración? En el cáliz antes de la consagración
hay vino con unas gotas de agua, y después está la Sangre de Jesucristo.
Conviene notar que en la Hostia consagrada no está solamente
el Cuerpo de Jesucristo, sino Jesucristo todo entero, con su Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad, tal como está en el cielo. Después de la consagración no
queda pan y vino, sino solamente las especies de pan o accidentes del pan y
vino, y si se parte la Hostia no se parte o divide Jesucristo, sino queda todo
entero en todas y cada una de las partes. Sucede como cuando un espejo está
intacto y cuando se rompe en varios fragmentos: la imagen se ve toda entera,
tanto en el espejo intacto, como en cada uno de los fragmentos, si el espejo se
rompe.
Explicación
Nuestro
Señor Jesucristo instituyó el Sacramento de la Eucaristía el Jueves Santo,
vísperas de su muerte, en el Cenáculo de Jerusalén, y lo hizo de la siguiente
manera: tomó el pan, lo bendijo y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y
comed: ESTO ES MI CUERPO”. Luego tomó el cáliz en el que había vino, lo bendijo
y se lo dio diciendo: “Tomad y bebed: ESTO ES MI SANGRE”. HACED ESTO EN MEMORIA
MÍA”.
El milagro, que Jesucristo hizo en la Última Cena, se
actualiza y renueva todos los días, en todas las Misas que se celebran, en el
momento en que el sacerdote pronuncia las palabras de la Consagración, quedando
el pan y el vino convertidos en el verdadero Cuerpo y Sangre de Jesucristo.
Hay dos tipos de comuniones: la comunión en estado de gracia
y la comunión en pecado mortal. Si alguien comulga en pecado mortal a
sabiendas, comete un horrible sacrilegio. El que comulga en pecado mortal, dice
la Escritura, “come y bebe su propia condenación” (1 Cor 11, 29).
El Sacramento de la Eucaristía es un sacramento que sólo
debe recibirse si se sabe lo que se recibe; de lo contrario, no puede ser
recibido. Esto nos hace ver la importancia de asistir a las clases de Catecismo
y de estudiar y aprender lo que allí se nos enseña. Si alguien, por motivos no
graves –es decir, por descuido o pereza- no asiste por lo menos a las ¾ partes
de las lecciones y si no sabe el Catecismo de Primera Comunión, no puede hacer
la Primera Comunión porque, como dijimos, para recibirla, es necesario saber lo
que se recibe.
La Comunión que se da a los enfermos –a los que están
imposibilitados de movilizarse y sobre todo, a los que están en peligro de
muerte- se llama “Viático”, porque da fuerzas para llegar al término del viaje
del cristiano, que es el cielo. La Eucaristía es el “Verdadero Maná” bajado del
cielo, que alimenta con la vida eterna de Jesús.
Práctica: Al
saber que la Eucaristía es el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de
Jesús, y que al comulgar Jesús en Persona viene a mi corazón, entonces trataré
de comulgar todas las veces que pueda, por supuesto que en estado de gracia.
Palabra de Dios: “El
Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan y después de dar
gracias, lo partió y dijo: ‘Esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros’.
Y asimismo después de cenar, tomó el cáliz diciendo: ‘Éste es el cáliz de la
Nueva Alianza en mi Sangre. Haced esto en conmemoración mía’” (1 Cor 11, 23-26); “Yo Soy el Pan de Vida
(…) bajado del cielo” (Jn 6, 48-51).
Ejercicios bíblicos:
Jn 6, 27; Jn 6, 48-49; Jn 6, 68; Jn 13, 1.
No hay comentarios:
Publicar un comentario