Estamos delante de Jesús Eucaristía. Nuestros ojos ven algo que parece pan, pero sabemos por la fe que no es pan: es Jesús, el Hijo de Dios,
Hacemos la señal de la cruz y nos persignamos: “Por la señal de
-Inicio: Canto de entrada: Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar.
-Oración de NACER: “Dios mío, Yo creo, espero, Te adoro y Te amo, Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni Te aman” (Tres veces).
-Oración para comenzar la adoración: “Querido Jesús Eucaristía. Venimos ante tu Presencia, a pedirte muchas cosas que necesitamos, pero sobre todo, venimos en primer lugar a adorarte, a decirte que te amamos con todo el corazón. Venimos a darte gracias por tu sacrificio en cruz por nosotros. Venimos a darte gracias porque te has quedado Prisionero de amor por nosotros en
-Silencio de tres minutos. No se puede adorar a Dios en medio del ruido del mundo. No podemos adorar a Jesús Eucaristía si hablamos, o si estamos distraídos. Jesús tiene una voz dulce y suave, que no se escucha cuando hay ruido, por eso, Virgen María, enséñanos a hacer silencio exterior, pero sobre todo, ayúdanos a hacer silencio en nuestro interior, para que podamos escuchar a tu Hijo.
-Canto eucarístico. Te adoramos, Hostia divina.
-Oración intermedia: “Jesús, hoy el mundo quiere engañarnos con falsos atractivos. El mundo nos engaña y nos quiere atrapar por medio de Internet y por medio de la televisión. Mirar cosas malas es mirar la oscuridad, y es llenarnos el alma de cosas oscuras, feas y malas, que conducen nuestras almas al abismo de fuego de donde no se sale. ¡Ayúdanos Jesús! Acuérdate que Tú, por nosotros, fuiste traicionado y vendido por treinta monedas de plata; acuérdate que por nosotros, sufriste muchas penas, tristezas y dolores; acuérdate que por nosotros, sufriste latigazos, golpes, salivazos en el rostro; fuiste tratado como loco, fuiste coronado de espinas, y luego subiste a la cruz, para morir y salvarnos. Acuérdate que todo esto lo sufriste por nuestro amor, y entonces no nos dejes caer en las tentaciones del mundo. Cuando nos acerquemos a las cosas malas, haz que escuchemos el latido de tu Sagrado Corazón, para que nos alejemos de lo malo y nos acerquemos a Ti.
-Silencio de tres minutos. Si no hacemos silencio, con el pensamiento y con la boca, nunca podremos adorar a Jesús. Y después de adorarlo, le vamos a implorar que derrame su bendición y su misericordia sobre nuestros seres queridos: nuestros padres, hermanos, tíos, abuelos, primos, vecinos, pero también sobre aquellos a quienes no querermos tanto. Jesús dijo: “Amad a vuestros enemigos”, y rezar por nuestros enemigos es una forma de amarlos. Si no amamos a nuestros enemigos, no tendremos ningún mérito delante de Dios Padre. También suplicamos a Jesús Eucaristía que bendiga a todos aquellos que no aman a Dios; le pedimos que envíe a su Mamá para que esté junto a todos los que no creen en Dios, para que se conviertan y crean. No creer en Dios es la infelicidad y la pobreza más grande, y por eso son los más necesitados de nuestras oraciones.
-Oración de despedida: “Querido Jesús Eucaristía, finalizamos nuestra adoración, y ahora debemos retirarnos para continuar con las ocupaciones de todos los días. Tú, que también fuiste niño y adolescente, ayudabas siempre, sin quejarte, y con mucha alegría, a tu papá adoptivo, San José, y a
Virgen María, debemos regresar a nuestras tareas cotidianas, pero tú haz que nuestros corazones permanezcan dentro del tuyo en todo momento, así adoraremos y amaremos a Tu Hijo Jesús a cada instante, con tu mismo adoración y con tu mismo amor. Madre nuestra del cielo, cúbrenos con tu Manto, llévanos en tu regazo, refúgianos en tu Corazón Inmaculado, y no permitas que nunca nos apartemos de Jesús. Como Santo Domingo Savio, te pedimos una gracia enorme: morir antes que pecar.
-Oración de NACER: “Dios mío, yo creo, espero, Te adoro y Te amo, Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni Te adoran, ni Te aman” (tres veces).
-Oración final: “Querido Jesús Eucaristía. Debemos ya retirarnos, pero no queremos separarnos nunca de Ti, y por eso le pedimos a tu Mamá,
-Canto de despedida. Canción de los pastorcitos de Fátima.