Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

jueves, 24 de noviembre de 2022

Cristo Eucaristía es la luz que guía nuestros pasos, en la escuela y en la vida

 



(Homilía en ocasión de Santa Misa de fin de ciclo escolar, Mancopa, Leales)

         Al finalizar el año escolar, los alumnos cristianos debemos pensar en lo que hemos vivido en la etapa escolar, en lo que hemos aprendido, y también en lo que nos queda por delante, sea en la vida de todos los días, como en la propia escuela, en el tiempo que queda por venir, por cursar en ella.

         La reflexión, como alumnos cristianos, debe ser la siguiente: al mirar hacia el año transcurrido, debemos considerar si lo que hemos aprendido lo hemos aprendido a la luz de Cristo y sus Mandamientos, porque si hay algo que se contradice con los Mandamientos de Cristo, entonces eso, aunque lo hayamos aprendido, no podemos incorporarlo a nuestras vidas. Solo debemos saber que eso aprendido, contrario a Cristo, no debe nunca ingresar en nuestras vidas, en nuestras creencias, en nuestras conductas.

         Luego, al mirar hacia adelante, la reflexión debe ser la misma: cuando comience un nuevo año escolar, debemos tener siempre presente a Cristo en nuestras mentes y corazones, para que lo que vayamos a aprender nos sirva para saber discernir, diferenciar, qué es lo que podemos aplicar en nuestras vidas y qué es lo que no: todo lo que se oponga a Cristo y a sus Mandamientos, debemos dejarlo de lado. La razón de esta reflexión es que Cristo es la Sabiduría Divina encarnada; es el Verbo del Padre, es Dios Hijo, a quien Dios Padre le comunica toda su Sabiduría Divina desde toda la eternidad. Ejemplos de cosas que aprendemos y que no debemos incorporar a nuestra conducta cotidiana, sobran, pero podemos hacer referencia brevemente a algunos hechos, teniendo en cuenta que en nuestros días, a lo que es bueno -la virtud- se le llama malo y a lo que es malo -el pecado- se lo llama bueno. Por ejemplo, hoy se enseña que la madre puede eliminar a su niño en su vientre -el aborto- y que los hijos pueden eliminar a sus padres cuando ya están ancianos o terminales -eutanasia-, en ambos casos, se manda la muerte, sea del niño o del adulto, lo cual es contrario al mandamiento de Dios que dice: "No matarás".

          Otro ejemplo es la ideología de género o también ideología LGBT: se enseña que eso es bueno, pero estas ideologías son contrarias a las enseñanzas de la Iglesia Católica, que enseña que el varón ha sido creado para la mujer y la mujer para el varón y que si se unen en matrimonio sacramental, debe ser "uno con una, para siempre". Como estos ejemplos, hay muchos más, pero estos nos sirven para reflexionar acerca de qué es lo que podemos incorporar a nuestra vida cotidiana y qué no, a la luz de la Cruz de Cristo, a la luz del Cristo Eucarístico, Luz del mundo y Sabiduría de Dios encarnada.

         Algo que debemos tener en cuenta es que el Cristo al que hacemos referencia, es el Cristo Eucarístico, el Único Cristo verdadero, el Cristo de la Iglesia Católica, ya que cualquier cristo que no sea el Cristo crucificado y el Cristo de la Eucaristía, es un cristo falso y no debemos seguirlo. Cristo Eucaristía es la luz que guía nuestros pasos, en la escuela y en la vida, todos los días y si Cristo no nos ilumina, vivimos en tinieblas, porque el mundo en el que vivimos es un mundo que está sumergido en las más oscuras tinieblas espirituales.

         Si tenemos siempre presente a Cristo Eucaristía, en nuestras mentes y corazones, no solo en la escuela sino en la vida cotidiana, nunca estaremos solos, porque Cristo es el Amigo Fiel, el Amigo que nunca abandona. El cristiano nunca debe sentirse solo, aun cuando esté solo de compañía humana, porque si está con Cristo Eucaristía, está acompañado por Cristo. Para esto, es necesario acudir a visitarlo en la Iglesia, allí donde Cristo se encuentra vivo, glorioso, resucitado, en Persona, en la Sagrada Eucaristía, en el Sagrario.

         Hagamos entonces el propósito de tener siempre a Cristo Eucaristía en la mente y en el corazón, para que todo lo que hemos aprendido y todo lo que nos quede por aprender, sea siempre para mayor gloria de Dios y salvación de nuestras almas.

viernes, 11 de noviembre de 2022

Tomar la Primera Comunión es comenzar a vivir una vida nueva en Cristo

 



(Homilía en ocasión de Santa Misa de Primeras Comuniones, Fronterita, Leales)

         ¿Qué es recibir la Primera Comunión?

         Visto desde afuera, es como si alguien recibiera en su boca un pedacito de pan blanco, sin levadura.

         Sin embargo, tomar la Primera Comunión es algo muy distinto, porque la Eucaristía no es un pedacito de pan, es una Persona, Jesús, el Hijo de Dios encarnado, que está vivo, glorioso, resucitado, en persona, en la Eucaristía. Jesús baja del cielo, en la Santa Misa, para quedarse en la Eucaristía, para que nosotros lo recibamos en nuestros corazones, que deben estar purificados por la gracia que recibimos en la Confesión sacramental.

         Entonces, si recibir la Primera Comunión no es comer un pedacito de pan, sino recibir a una Persona, al Hijo de Dios, entonces la Primera Comunión es comenzar una nueva vida en la que Jesús es el centro. Recibir la Primera Comunión es recibir a Jesús en Persona y como es una persona -la Segunda de la Trinidad-, entonces comulgar es establecer una relación de vida y de amor con Dios Hijo, con Jesús. Cuanto más lo reciba en mi corazón, con amor, con fe, con piedad, en estado de gracia, tanto más crecerá mi amistad y mi amor con Jesús Eucaristía.

         Muchos pueden decir: “Yo no siento nada, no escucho a Jesús, no veo a Jesús” y es así, porque no vemos ni escuchamos a Jesús con los ojos y los oídos del cuerpo, pero no porque no lo veamos, no quiere eso decir que Jesús no esté Presente, en Persona, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Eucaristía. Por eso es tan importante y tan hermoso recibir la Comunión, porque es recibir a Jesús en Persona, quien me da todo el Amor de su Sagrado Corazón.

         No cometamos el error de muchos niños y jóvenes, para quienes la Primera Comunión es la última, porque luego nunca más vuelven a la Iglesia para recibir a Jesús. Primera Comunión no significa “última”, sino la primera de muchas, tantas como pueda recibirlas. Además, si recibir la Comunión es lo más hermoso de esta vida, ¿porqué nos vamos a privar de lo más hermoso que tiene esta vida?

         Antes de comulgar por primera vez, digamos esta oración a Jesús: “Querido Jesús Eucaristía, Tú bajas desde el cielo en cada Santa Misa, para venir a mi corazón y para darme tu Amor; ayúdame a recibirte con amor y piedad y que esta Primera Comunión sea la primera de muchas más. Jesús Eucaristía, Tú me das tu Corazón en cada comunión, yo a cambio te doy mi pobre corazón, para que lo enciendas en el Fuego de tu Amor. Amén”.

jueves, 10 de noviembre de 2022

Por el Espíritu Santo recibido en la Confirmación, somos convertidos en soldados de Cristo

 



Cuando recibimos el Sacramento de la Confirmación, el Espíritu Santo en Persona ingresa en nuestras almas, para convertirnos en templos suyos, en templos del Espíritu Santo y para convertir nuestros corazones en altar de Jesús Eucaristía.

Pero, además, el Espíritu Santo realiza en nosotros muchas otras cosas y entre ellas, está la de convertirnos en soldados de Cristo. Ser soldados de Cristo quiere decir ser pertenecer a la Iglesia Militante, a la Iglesia que peregrina en la tierra hacia la Jerusalén celestial, en el Reino de los cielos y que en ese peregrinar debe luchar contra los enemigos de la Fe Católica, los herejes, los apóstatas, los cismáticos y contra las “potestades de los aires”, es decir, los demonios, los ángeles caídos.

El Espíritu Santo, entonces, nos convierte en soldados de Cristo y para saber qué significa eso en la realidad de todos los días, recordemos qué es lo que hace un soldado en la tierra, como por ejemplo, un soldado de nuestro Ejército Argentino. El soldado, en primer lugar, está para defender a la Patria; no está para atacar a nadie injustamente, sino para defender la Patria, cuando la Patria es agredida injustamente. Eso es lo que pasó en Malvinas, por ejemplo, los soldados argentinos lucharon para defender a nuestra Patria, que estaba siendo ocupada -y lo sigue estando- por los usurpadores británicos.

De la misma manera a como un soldado en la tierra defiende a la Patria, así un soldado de Cristo defiende a Cristo, pero no a cualquier cristo, sino al Único Cristo Verdadero, el Cristo de la Iglesia Católica, el Cristo Eucarístico, el Dios del sagrario y lo defiende de los enemigos de la Santa Fe Católica y del Altar Eucarístico. Y las armas que utiliza el soldado de Cristo, no son armas materiales, sino armas espirituales, principalmente la penitencia, el ayuno, la oración, el Santo Rosario y los Sacramentos, sobre todo la Confesión y la Sagrada Eucaristía. De entre muchísimos soldados de Cristo, se destacan los valientes cristeros, los soldados mexicanos católicos que defendieron con sus vidas a Cristo y a la Iglesia Católica, como el mártir adolescente San José Sánchez del Río.

Y así como un soldado de la tierra rinde homenaje a su Patria honrando a su bandera, así el soldado de Cristo le rinde honores, adorándolo en el altar de su corazón, cuando Cristo Dios ingresa en su alma por medio de la Comunión Eucarística.