(Domingo
XXI – TO – Ciclo A – 2014)
En este Evangelio, Jesús elige a Pedro como Papa y así Pedro
se convierte en el primer Papa de la historia. ¿Qué función tiene el Papa? El
Papa tiene la función de ser “el mismo Jesús” en la tierra. Una gran santa, que
se llamaba Santa Catalina de Siena, decía que el Papa era “el dulce Cristo en
la tierra”. Por eso nosotros podemos decir que, viendo al Papa, es como si
viéramos al mismo Jesús en Persona.
El
Papa habla en nombre de Jesús y nos dice, de parte de Jesús, todo lo que
tenemos que creer, para poder salvarnos, y sabemos que el Papa no puede
equivocarse porque está siempre iluminado por el Espíritu Santo, porque esa es
una promesa que le hizo Jesús a Pedro cuando lo eligió (y esa promesa era para
Pedro y para todos los Papas que iban a venir, hasta el fin del mundo): “Tú
eres Pedro, y sobre esta piedra, edificaré mi Iglesia, y las puertas del
infierno no van a triunfar sobre mi Iglesia. Todo lo que ates en la tierra,
quedará atado en el cielo y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado
en el cielo”.
Esto
es lo que se llama “in-fa-li-bi-li-dad”. Parece un trabalenguas, pero no lo es.
Quiere decir que el Papa no se equivoca cuando nos habla sobre la fe y sobre
cómo debemos comportarnos si queremos ir al cielo, y no se equivoca, porque,
como dijimos, está asistido por el Espíritu Santo. Por eso es que nunca, pero
nunca, el Príncipe de la mentira, que es el diablo, va a poder engañar al Papa,
y nunca, pero nunca, le va a poder hacer decir algo que sea falso, acerca de
Jesús. El diablo nunca le va a poder hacer decir al Papa que Jesús no es el
Hijo de Dios, o que Jesús no se encarnó en la panza de la Virgen, o que la
Virgen no es la Mamá de Jesús, o que Jesús no está en la Eucaristía, porque
siempre el Espíritu Santo va a estar al lado del Papa, diciéndole al oído la
Verdad acerca de Jesús, y eso es lo que quiere decir: “las puertas del infierno
no van a triunfar sobre mi Iglesia”. Además, el Espíritu Santo hace que el Papa
nunca se equivoque cuando dice las verdades del Catecismo: una sola fe, la fe en Nuestro Señor Jesucristo; un solo Bautismo, el Bautismo de la Iglesia Católica, y un solo Señor, Nuestro Señor Jesucristo, y eso es lo que
quiere decir cuando dice: “lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y
lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.
Entonces,
si nosotros estamos siempre unidos al Papa en la tierra -nuestro Papa actual se llama "Papa Francisco", aunque también tenemos un "Papa emérito" que se llama "Papa Benedicto XVI"-, vamos a estar seguros
de que vamos a estar unidos para siempre a Jesús y a la Virgen en el cielo.
¡Amemos mucho al Papa, porque es el “dulce Cristo en la tierra”!
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