Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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martes, 1 de noviembre de 2016

Solemnidad de Todos los Santos para Niños


               ¿Quiénes son los Santos? Son todos los bautizados que están en el cielo.
         ¿Cómo están allí? Están alegres, contentos, felices, con una alegría y una felicidad que nadie se puede imaginar, porque ven cara a cara a las Tres Personas de la Trinidad –el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo-, y porque junto con la Virgen y los ángeles, ven y adoran a Jesús, el Cordero de Dios, cara a cara.
         ¿Cómo fue que llegaron al cielo? Llegaron al cielo porque vivieron y murieron en gracia santificante, porque sabían que la gracia los unía a Dios en esta vida y los llevaba con Él en la otra, mientras que el pecado los apartaba de Dios. Y como los santos amaban tanto, pero tanto, a Dios, hacían todo lo posible para vivir en gracia y para aumentarla cada día más, con pensamientos buenos, con buenos deseos, y sobre todo, con obras buenas, evitando siempre el mal, que es el pecado: evitaban la mentira, la discordia, la pelea, la envidia, la soberbia, es decir, todo lo malo que nos aparta de Dios. Esto es lo que quiere decir “cargar la Cruz de cada día para seguir a Jesús”, y es la única manera de ser santos.
         Además, los Santos se confesaban seguido y comulgaban todas las veces que podían, porque sabían que con la Confesión sus almas quedaban limpias de todo pecado y que con la Comunión sus corazones se fundían y se hacían uno solo con el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
         Al recordar a los Santos en su día –cada uno le pide al santo de su devoción-, les pidamos que intercedan ante la Virgen, que es la Mamá de Todos los Santos, para que también nosotros, viviendo en la gracia de Dios en esta vida, lleguemos al cielo y seamos santos en la otra vida y, junto con ellos, adoremos a Jesús, el Cordero de Dios, para siempre.
         A los Santos, en su día, les rezamos así (cada uno reza, desde lo más profundo de su corazón, al santo que más ama):
         “Queridos Santos de Dios/intercedan por nosotros/para que viviendo en gracia en esta vida/seamos capaces de llegar al cielo/para adorar y amar a Jesús/junto a vosotros, a la Virgen y a los ángeles de Dios. Amén”.

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