¿Quiénes son los Santos? Son todos los bautizados que están en el cielo.
¿Cómo están allí? Están alegres, contentos, felices, con una
alegría y una felicidad que nadie se puede imaginar, porque ven cara a cara a
las Tres Personas de la Trinidad –el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo-, y porque
junto con la Virgen y los ángeles, ven y adoran a Jesús, el Cordero de Dios,
cara a cara.
¿Cómo fue que llegaron al cielo? Llegaron al cielo porque
vivieron y murieron en gracia santificante, porque sabían que la gracia los
unía a Dios en esta vida y los llevaba con Él en la otra, mientras que el
pecado los apartaba de Dios. Y como los santos amaban tanto, pero tanto, a
Dios, hacían todo lo posible para vivir en gracia y para aumentarla cada día
más, con pensamientos buenos, con buenos deseos, y sobre todo, con obras
buenas, evitando siempre el mal, que es el pecado: evitaban la mentira, la
discordia, la pelea, la envidia, la soberbia, es decir, todo lo malo que nos
aparta de Dios. Esto es lo que quiere decir “cargar la Cruz de cada día para
seguir a Jesús”, y es la única manera de ser santos.
Además, los Santos se confesaban seguido y comulgaban todas
las veces que podían, porque sabían que con la Confesión sus almas quedaban
limpias de todo pecado y que con la Comunión sus corazones se fundían y se
hacían uno solo con el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
Al recordar a los Santos en su día –cada uno le pide al
santo de su devoción-, les pidamos que intercedan ante la Virgen, que es la
Mamá de Todos los Santos, para que también nosotros, viviendo en la gracia de
Dios en esta vida, lleguemos al cielo y seamos santos en la otra vida y, junto
con ellos, adoremos a Jesús, el Cordero de Dios, para siempre.
A los Santos, en su día, les rezamos así (cada uno reza,
desde lo más profundo de su corazón, al santo que más ama):
“Queridos Santos de Dios/intercedan por nosotros/para que
viviendo en gracia en esta vida/seamos capaces de llegar al cielo/para adorar y
amar a Jesús/junto a vosotros, a la Virgen y a los ángeles de Dios. Amén”.
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