¿Qué sucede en el Sacramento de la Confirmación? Sucede algo
tan grandioso, tan maravilloso, tan asombroso, que si pudiéramos verlo con
nuestros ojos del cuerpo, moriríamos de amor en el acto. No podemos ver con los
ojos del cuerpo qué es lo que sucede cuando se imparte el Sacramento de la
Confirmación, pero sí podemos saber lo que sucede por medio del don de la fe.
La Santa Fe Católica nos dice que en el Sacramento de la
Confirmación nuestro corazón se abre, por la gracia, para recibir a la Tercera
Persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo, el Amor del Padre y del
Hijo y obrará grandes milagros en el alma de quien lo reciba en gracia y con
amor.
¿Cuáles son las obras de la Tercera Persona de la Trinidad
en el alma, en el Sacramento de la Confirmación?
Convertirá al alma y al cuerpo del confirmando en un templo
suyo, en un templo del Espíritu Santo. Imaginemos el templo católico más
hermoso que seamos capaces de imaginar: pues bien, el Espíritu Santo convertirá
el cuerpo y el alma del confirmando en un templo infinitamente más hermoso que
el más hermoso de los templos terrenos; convertirá sus corazones en el altar de
Jesús Eucaristía; convertirá sus almas en morada de la Santísima Trinidad.
Otra acción del Espíritu Santo es comunicar al alma el Amor
de Dios: así como el carbón, negro y oscuro y frío, al contacto con el fuego,
se convierte en una brasa ardiente, que transmite luz y calor, así el Espíritu
Santo, Fuego del Divino Amor, enciende los corazones en este Fuego Santo,
convirtiéndolo en una brasa ardiente de Amor a Dios, que brilla con la luz de
Dios y ama con el Amor de Dios.
Otra acción del Espíritu Santo es el comunicar al alma la
Fortaleza de Cristo, para que el alma no sólo pueda llevar su Cruz hasta el fin
de sus días, sino que pueda dar testimonio de Cristo Dios, Presente en Persona
en la Eucaristía, con sus obras de misericordia e incluso hasta con su vida si
fuera necesario.
El Sacramento de la Confirmación es algo tan grandioso, tan
maravilloso, tan lleno del Amor de Dios, que moriríamos de alegría y de amor,
si pudiéramos verlo con los ojos del cuerpo.
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