(Octubre 2013)
Ingresamos al
Oratorio, venimos a visitar a Jesús Eucaristía; hacemos silencio, porque no la
voz de Dios es como un susurro suave, y no se la puede escuchar cuando hay
muchas palabras. Le pedimos a nuestra Mamá del cielo, la Virgen, que Ella nos
ayude a rezar, para que no nos distraigamos y Jesús pueda escuchar nuestras
oraciones. También a nuestros Ángeles de la Guarda les pedimos que recen con
nosotros.
Oración de entrada: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”
(tres veces).
Canto de entrada: "Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar".
Canto de entrada: "Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar".
Meditaciones
Querido Jesús Eucaristía, venimos a visitarte en tu Oratorio
para decirte que te queremos mucho, con todo el corazón, y que Tú eres nuestro
mejor Amigo, el Amigo Fiel que nunca falla. Traemos ante Ti a nuestros papás y
nuestras mamás, a nuestros hermanos, primos, tíos y amigos, para que a todos
los bendigas y les concedas todas las gracias que Tú quieras darles.
Silencio para meditar.
Querido
Jesús Eucaristía, Te pedimos también por todos los niños del mundo, sobre todo
aquellos que sufren a causa de la guerra y del hambre, para que ya no sufran
más y puedan alegrarse y estar contentos, sanos, salvos y bien alimentados,
junto con sus familias. Te pedimos que bendigas especialmente a los niños que
sufren por causa de las enfermedades, para que pronto se recuperen y puedan
regresar a la escuela y a los juegos de todos los días.
Silencio para meditar.
Querido
Jesús Eucaristía, queremos pedirte por nosotros mismos, para que nos ayudes a
ser cada vez más buenos y para que también seamos santos. Ayúdanos a vivir el
Cuarto Mandamiento: “Honrar padre y madre”, porque un niño no puede nunca
entrar al cielo si no ama y honra a sus padres. Haz que amemos a nuestros papás
y mayores con el Amor con el que Tú amabas a tu Papá adoptivo, San José, y a tu
Mamá, la Virgen. Queremos ser igual de obedientes y hacendosos como lo eras Tú
cuando tenías nuestra edad, y no dar nunca un disgusto a nuestros papás, pero
para eso necesitamos que Tú nos des tu gracia y tu Amor.
Silencio para meditar.
Querido
Jesús Eucaristía, te pedimos tu gracia también para poder rezar, no solo antes
de dormir, sino también a lo largo del día. La oración es muy importante, es
más importante que un plato de comida, porque con la oración el alma se
alimenta del Amor de Dios, que es más rico y sustancioso que cualquier manjar. Enséñanos
a rezar, y danos ganas de rezar, todos los días, a lo largo del día, para que siempre
estés en nuestros corazones, por la Fe y por el Amor.
Silencio para meditar.
Meditación final
Querido
Jesús Eucaristía, ya debemos retirarnos, pero le dejamos a tu Mamá nuestros
corazones, para que Ella los ponga a los pies de altar, para que estén ahí
adorándote en todo momento, de noche y de día, así como las flores de un jardín
perfuman el aire, noche y día. Haz que en esta vida nunca nos separemos de Ti, para
que sigamos junto a Ti en la otra vida, para siempre. Amén.
Canto final: "El trece de mayo".
Canto final: "El trece de mayo".
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