Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

domingo, 23 de julio de 2017

El Evangelio para Niños: El trigo y la cizaña


(Domingo XVI – TO – Ciclo A - 2017)

                  “Un hombre sembró trigo (...) y su enemigo la cizaña” (Mt 13, 24-43). En esta parábola, Jesús nos cuenta de un campesino que siembra una buena semilla de trigo. Pero tiene un enemigo que quiere perjudicarlo y par eso siembra la cizaña, que es una planta parecida al trigo pero que no sirve para nada, por lo que solo se la usa para hacer fuego. La idea del enemigo era arruinarle la cosecha al campesino. Los trabajadores del hombre se dan cuenta y le preguntan si cortan la cizaña, pero el hombre les dice que no, porque si no así también van a cortar el trigo. Les dice que los dejen crecer juntos y que cuando llegue el tiempo de la cosecha, entonces sí los cortarán y separarán el trigo de la cizaña: el trigo, para almacenarlo; la cizaña, para quemarla.
¿Qué significa esta parábola? Es lo que va  a pasar el Día del Juicio Final y Jesús mismo la explica: “el que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores son los ángeles”.
         Con esta parábola, entonces, Jesús nos dice cómo va a ser el Día del Juicio Final: los buenos, irán al cielo, y los malos, al Infierno. ¿Quiénes son los buenos? Los que aman a Jesús y se acercan a Él, que está en la Cruz y en la Eucaristía; los que tratan de vivir cumpliendo los Mandamientos de la Ley de Dios, a los que llevan siempre en la mente y en el corazón; los que evitan hacer el mal y, si lo hacen, se confiesan en seguida; los que consideran a la Eucaristía como un Pan exquisito y más rico que cualquier comida del mundo, porque es el Pan de Vida eterna; los que tratan de cumplir los Mandamientos de Jesús, que es llevar la cruz todos los días, negarse a sí mismos y ser mansos y humildes de corazón, como Él; los que aman a la Virgen y le rezan y se acuerdan de Ella en todo momento.
¿Y quiénes son los malos, los que se condenarán en el Infierno? Son los que no cumplen los Mandamientos de la Ley de Dios; son los que no perdonan ni piden perdón, cuando son ellos los que se equivocaron; son los que no quieren arrepentirse de sus pecados; son los que no se preocupan por ayudar a sus hermanos más necesitados; son los que rechazan la Cruz y la Eucaristía; son los que practican la magia; son los que no creen en el Infierno.

Nadie caerá en el Infierno sin saberlo ni desearlo; nadie irá al Cielo si no quiere ir. Cada uno irá al lugar que elija ir, según sean sus obras: si son buenas, al Cielo; si son malas, al Infierno. Busquemos siempre a Jesús, en la Cruz y en la Eucaristía; confesemos nuestros pecados en la Confesión Sacramental; seamos buenos con todos, especialmente con los más necesitados, y así estaremos seguros de ir al Cielo, junto con Jesús y María.

No hay comentarios:

Publicar un comentario