Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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sábado, 29 de septiembre de 2018

El Evangelio para Niños: Mortifiquemos nuestra imaginación



(Domingo XXVI - TO - Ciclo B – 2018)

“Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible” (Mc 9, 38-43.45.47-48).
         ¿Qué nos quiere decir Jesús? ¿Acaso nos dice que nos cortemos la mano, el pie, el ojo, literalmente? No, de ninguna manera. Jesús no nos dice que hagamos daño a nuestro cuerpo, porque está hablando en un sentido figurado. Pero si usa una imagen tan fuerte es para que nos demos cuenta de dos cosas: una, que nuestras acciones son libres y nos pueden conducir al Cielo o al Infierno, según sean buenas o malas; la segunda, que debemos estar atentos y precavidos y mortificar la imaginación, el pensamiento y los sentidos, porque es ahí por donde comienza la tentación que, si no se combate, se consiente y se convierte en pecado. Esto es lo que quiere decir Jesús, que mortifiquemos el pensamiento malo, la imaginación mala, el deseo malo. Mortificar quiere decir pensar en otra cosa, imaginar otra cosa, desear otra cosa y para poder lograrlo, debemos tener, en la mente y en el corazón, la Pasión de Jesús, su flagelación, su corona de espinas, su cruz y también sus Mandamientos y sus Bienaventuranzas.
         Por ejemplo, si alguien me ofende, en vez de reaccionar con enojo, recuerdo los mandamientos de Jesús: “Ama a tus enemigos”, “Perdona setenta veces siete” y amo y perdono en vez de enojarme, porque eso es lo que Jesús quiere de mí.
         Tratemos entonces de tener siempre, en la mente y en el corazón, a Jesús crucificado y a los Mandamientos de la Ley de Dios, para poder entrar, con el cuerpo completo y lleno de la gloria de Dios, en el Reino del cielo.

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