Hacemos silencio
exterior y también interior; estamos en Presencia del Dios de la Eucaristía, Jesús,
nuestro Rey y Salvador. Necesitamos el silencio, ante todo el interior, porque Dios
habla en el silencio, en lo más profundo de nuestros corazones, y si
conversamos, o si nos distraemos con pensamientos vanos, no podremos escuchar
la suave y dulce voz de Dios. Les pedimos a la Virgen y a nuestros santos
ángeles custodios que nos acompañen y que nos enseñen a amar y adorar a Jesús Eucaristía.
Breve silencio.
Oración inicial: rezamos a Jesús Eucaristía una de las
oraciones que el Ángel de Portugal les enseñara a los Pastorcitos de Fátima: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te
amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman”
(tres veces).
Meditación.
Jesús, Tú eres, en la Eucaristía, el Dios Viviente, el Dios
que es la Vida en sí misma, y el que cree en Ti y te recibe con amor en la Eucaristía, no morirá jamás.
Jesús,
Tú nos das tu Vida eterna en la Comunión Eucarística y queremos recibir esta Vida al
comulgar, para vivir siempre unidos a Ti.
Jesús, venimos ante tu Presencia Eucarística para expresarte
nuestro amor y al adorarte, sentimos la necesidad de comulgar, para recibirte
en nuestros corazones.
Jesús, te ofrecemos nuestros corazones para que Tú reposes en
ellos: así como naciste en un pobre Portal de Belén, toma del mismo
modo nuestros pobres corazones para que allí puedas nacer y para que así los ilumines con la
luz de tu gracia.
¡Oh Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, no permitas que
nos apartemos de tu Amor!
Breve silencio.
Petición.
Querido
Jesús Eucaristía, Tú eres el Amigo Fiel, el Amigo que nunca falla y por eso, confiados en Ti, queremos pedirte por nuestros seres queridos, por nuestros
padres, hermanos, amigos y familiares, para que Tú los bendigas, los protejas
de todo mal, y les hagas sentir la dulzura del Amor de tu Sagrado Corazón
Eucarístico.
Breve silencio.
Ofrecimiento y despedida.
Querido
Jesús Eucaristía, debemos ya retirarnos, pero es tan hermoso y agradable estar
junto a Ti, que le pedimos a Nuestra Madre del cielo, la Virgen, Nuestra Señora
de la Eucaristía, que tome nuestros corazones, los estreche contra su Inmaculado
Corazón, y los deposite al pie del sagrario, para que en todo momento estemos
ante tu Presencia de Amor en la Eucaristía. Y si nos olvidamos de Ti, haz que
María Virgen nos lleve de nuevo a tu Sagrado Corazón Eucarístico.
Nos comprometemos, ¡oh Buen Jesús!, a dar a nuestros padres, hermanos, amigos
y a todo prójimo, aunque sea una pequeña parte del Amor Misericordioso que de
Ti hemos recibido en esta adoración.
Oración Final: “Dios mío,
yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni
esperan, ni te adoran, ni te aman" (tres veces).
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