Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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domingo, 5 de julio de 2015

El Evangelio para Niños: “Jesús no puede hacer muchos milagros porque no creen que Él sea Dios”



(Domingo XIV – TO – Ciclo B - 2015)

El Evangelio de hoy nos dice que Jesús “va a su pueblo con sus discípulos” y luego va a la sinagoga a enseñar. Pero después, cuando Él quiere hacer milagros, no puede, porque los habitantes del pueblo, que lo conocían a Él desde niño, no creen en Él.
¿Qué es el milagro? El milagro es algo que sólo Dios puede hacer; es una obra que sólo Dios puede hacer, porque se necesita el poder, la sabiduría y el Amor de Dios para hacerlo. Por ejemplo, una curación milagrosa, multiplicar panes y peces, devolver la vista a un ciego, resucitar muertos. Todas estas cosas, son cosas maravillosas, pero que sólo Dios puede hacer; estas cosas maravillosas se llaman “milagros”, y decimos que sólo Dios las puede hacer, porque se necesita un poder infinito –eso se llama “Omnipotencia”-; se necesita saber muchísimo –eso se llama “Sabiduría”- y se necesita querer hacerlo sólo por amor –y eso se llama “Amor”-, y todo esto sólo está en Dios. El hombre no puede hacer milagros, a menos que Dios le dé su poder para hacer milagros, y esto es lo que sucede con la Virgen y los santos, que sí pueden hacer milagros, pero con el poder de Dios. El demonio no puede hacer milagros verdaderos; sólo hace milagros falsos, que engañan, como si fueran trucos de magia. Sólo Dios puede hacer milagros verdaderos.
Y de todos los milagros de Dios, hay uno que sobresale, por ser el más maravilloso y hermoso de todos: el milagro de la conversión del pan y del vino en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús. Este milagro se llama “transubstanciación”, y es producido por el mismo Jesús, a través del sacerdote, en la Santa Misa, por medio de las palabras de la consagración. No hay milagro más grande y maravilloso que éste, en el que Jesús convierte un simple pan y un simple vino, en su Cuerpo y Sangre, para luego venir a nuestros corazones por la comunión eucarística y darnos todo el Amor de su Sagrado Corazón Eucarístico.
¿Qué se necesita para creer en un milagro? Querer creer. ¿Es importante creer en los milagros de Jesús? Sí, es importante, porque el que cree, recibe de Jesús muchos milagros en su vida, pero el que no cree, no deja que Jesús obre milagros en su vida.

Si queremos que Jesús obre milagros en nuestras vidas, entonces no seamos como los habitantes del pueblo de Jesús, que no creían en Jesús. Si queremos que Jesús obre milagros maravillosos en nosotros, entonces creamos que Él es Dios, el Hijo de Dios y que puede hacer milagros, porque tiene el poder para hacerlo. Y quedaremos sorprendidos por los milagros que hará en nuestras vidas.

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