Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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sábado, 30 de mayo de 2015

La Santa Misa explicada a Monaguillos 3


         Dijimos que la Santa Misa es un “sacrificio”. Vamos a repasar un poco lo que significa “sacrificio” y porqué la Misa es “sacrificio”.
¿Qué es un “sacrificio”?
En general, un sacrificio es entregar un don, un regalo, costoso, de mucho valor, a alguien, a una persona a quien se ama, para demostrarle nuestro amor y respeto.
         Cuando hablamos de la Misa, decimos que la Misa es un sacrificio, porque en la Misa se cumple todo lo necesario para que haya un sacrificio: entregamos un don, costoso, a alguien, a quien amamos, para demostrarle nuestro amor y respeto.
         Para que se cumpla el sacrificio, necesitamos lo siguiente: que haya un don, que haya alguien a quien lo entreguemos, y que esa entrega sea por amor y respeto.
         Veamos de qué manera se cumplen estos requisitos en la Misa.
         -El Don o regalo: el don o regalo que entregamos, es el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús, es decir, la Eucaristía; la Misa es el sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo que se ofrece en el altar bajo las especies del pan y del vino, en memoria del sacrificio de la cruz; es el mismo y único sacrificio de la cruz, solo que ofrecido de forma incruenta, sacramental, sin derramamiento de sangre.
         -a Alguien: el Ser divino a quien le entregamos la Eucaristía, es Dios Uno y Trino, a quien amamos;
         -Porqué lo entregamos: para demostrarle nuestro amor y respeto.
         Como vemos, en la Santa Misa se cumplen todas las condiciones para que sea un verdadero “sacrificio”.

         

sábado, 2 de mayo de 2015

La Santa Misa explicada a Monaguillos 1


         ¿Qué es la Misa?
         La Misa es un sacrificio.
         ¿Qué es un sacrificio?
         Según la Real Academia Española, “sacrificio” es la “Ofrenda a Dios en señal de homenaje o expiación”[1].
         Para que haya sacrificio, debe haber una víctima, un altar y un sacerdote que sacrifique a la víctima. Todo esto se cumple en la Misa, como veremos más adelante (Jesucristo es, al mismo tiempo, Sacerdote, Altar y Víctima).
         Si la Misa es un sacrificio, ¿quién es el que se sacrifica en la Misa?
         El que se sacrifica en la Misa es Jesucristo, el Hombre-Dios.
         ¿Por qué la Misa es un sacrificio?
         Porque la Misa es el mismo y único sacrificio del Calvario. Se diferencia del Sacrificio de la Cruz del Calvario, en el modo: en el Calvario, el sacrificio es cruento y con derramamiento de sangre, en la Misa, es incruento y sin derramamiento de sangre, porque el sacrificio está oculto en las especies sacramentales. El Sacrificio de la Cruz y el Sacrificio de la Misa son uno y el mismo; no son dos, sino uno solo; la única diferencia, es el modo en el que se ofrecen.
         ¿Cómo es posible esto? A simple vista, solo vemos pan y vino; no vemos a Jesús muriendo en la cruz, como en el Calvario; ¿cómo puede ser la Misa la renovación del sacrificio de la cruz?
         Ante todo, debemos saber que la fe es “creer en lo que no se ve”; por otra parte, tenemos que saber también que lo que sucede en el altar eucarístico es “misterio de la fe”, es decir, es algo que supera nuestra capacidad de entendimiento y que la realidad sobrenatural de la Misa va mucho más allá de lo que podemos captar por los sentidos. Es posible porque el que obra el “misterio de la fe”, es decir, el que hace que el Sacrificio del Calvario sea el mismo Sacrificio de la Cruz, es el mismo Jesucristo, Dios Hijo encarnado. Debido a que Él es Dios, lo puede hacer, con su poder divino. Cuando asistimos a Misa, entonces, asistimos al mismo y único Santo Sacrificio del Calvario; por eso, uno de los nombres de la Misa es: “Santo Sacrificio del Altar”.




[1] Cfr. http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=5hFogU2WpDXX20dDl1S0

viernes, 17 de octubre de 2014

La Misa explicada a monaguillos Parte 1


La Adoración del Cordero místico

(Jan Van Eyck)

            ¿Qué es la Misa?
            Es un misterio,
            ¿Qué es un misterio?
Un misterio es algo que no vemos con los ojos, porque es invisible, pero sí lo podemos ver con los ojos de la fe.
            ¿Qué misterio pasa en la misa?
            En la Misa pasa el “misterio de la Fe”.
            ¿Cuál es el “misterio de la Fe”?
            Es el misterio por el que, por el poder de Dios que pasa a través del sacerdote, el pan y el vino se convierten en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. por eso, cuando el sacerdote se arrodilla después de la consagración, se levanta y dice, mirando a la Eucaristía: “Éste es el misterio de la Fe”.
            El “misterio de la Fe”, el misterio invisible que sucede en la Misa, es que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. Y como Jesús se llama también “Cordero de Dios”, el misterio de la Misa es que sobre el altar, después de la consagración, aparece, invisible, en la Eucaristía, el Cordero de Dios. Con esta lámina que vemos aquí abajo, que se llama “La Adoración del Cordero místico”, del artista belga Jan Van Eyck, podemos representarnos el “misterio de la Fe”, el misterio invisible de la Santa Misa.

Preguntas:
1. ¿Qué es la Misa?
2. ¿Qué es un misterio?
3. ¿Qué misterio pasa en la Misa?
4. ¿Qués es el "misterio de la Fe"? Explícalo con tus palabras.

sábado, 1 de marzo de 2014

El Evangelio para Niños - No se puede servir a Dios y al dinero


(Domingo VIII – TO – Ciclo A – 2014)
         Jesús nos dice que “no se puede servir a Dios y al dinero”. O, dicho de otra manera, “sí se puede servir a Dios”, pero “no se puede servir al dinero”. ¿Por qué? Porque Dios nos creó y cuando nos creó, nos puso como un sello en el alma, en el corazón, imborrable, un sello que lleva la marca de Dios, un sello que dice que somos de Dios, hechos por Dios y para Dios, un sello que dice: “Hecho por Dios y para Dios, de propiedad exclusiva del Señor Dios Uno y Trino. No puede ser usado por nadie más que Él”. Es por esto que lo más normal para nosotros, es servir a Dios. Lo más normal y natural, por ejemplo, es ser monaguillos, para los varones, y para las nenas, lo más normal y natural, es ayudar en la sacristía. Y cuando sean grandes, lo más normal y natural, es servir a Dios en la vida consagrada, siendo sacerdotes, si son varones, o religiosas, si son mujeres, si es que tienen vocación a la vida consagrada, o casándose, si es que tienen vocación para la vida matrimonial, porque la vida matrimonial también es un servicio a Dios, porque así se dan hijos para Dios.
         Es decir, como hemos sido creados por Dios, lo más normal para nosotros, es servir a Dios, ya sea en el sacerdocio o en la vida consagrada, o en el matrimonio, porque lo llevamos impreso en el alma.
Lo que nos quiere hacer ver Jesús, es que no se puede servir al dinero porque no hemos sido creados para servir al dinero, por eso es que Jesús nos dice: “no se puede servir a Dios y al dinero”, porque fuimos creados para servir, amar y honrar a Dios, pero no al dinero. El que pretende servir al dinero, se hace sumamente infeliz, porque el dinero puede dar algunas cosas, que aparentan dar felicidad, pero esa felicidad se termina muy rápido, y luego empieza la tristeza, y el alma se queda al final sin Dios, que es el único que puede dar una felicidad que no termina nunca, una felicidad que dura para siempre, la felicidad del cielo.
 “No se puede servir a Dios y al dinero”. El que quiera servir a Dios, tiene que acercarse a la cruz y a la Eucaristía, y renunciar al dinero, y prepararse para la prueba y la tribulación; el que quiera servir al dinero y al demonio, tiene que alejarse de la cruz y de la Eucaristía, y acercarse al dinero y al demonio, y gozar de sus vanidades y renunciar al cielo para siempre.

Que la Virgen María siempre nos ayude a servir a Dios, y solo a Dios, en el tiempo y en la eternidad.