Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

sábado, 25 de octubre de 2014

La Misa explicada a monaguillos Parte 2


         ¿Qué es la Misa?
         La Misa es un sacrificio.
         ¿Qué es un sacrificio?
         Es la ofrenda que se hace a Dios para pedir un favor o en reconocimiento de su majestad. Es el esfuerzo que alguien hace para conseguir algo o para favorecer a alguien.
         ¿Por qué la Misa es un sacrificio?
         Porque en la Misa es Jesús el que le ofrece a Dios su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad, en nombre de todos nosotros. Lo hace por cuatro fines: para adorar a Dios Uno y Trino –se llama “fin latréutico o de adoración”-; para darle gracias –se llama “fin eucarístico o de acción de gracias”-; para pedir perdón por nuestros pecados y para ofrecerle sufragios por las almas del Purgatorio –se llama “fin propiciatorio”- y para interceder por nosotros y alcanzar las gracias que necesitamos –se llama “fin impetratorio o de petición”-. Entonces, resumiendo, estos son los cuatro fines del sacrificio de Jesús en la Misa: adoración, acción de gracias, propiciación, petición.
         ¿Qué clase de sacrificio hace Jesús en la Misa?
         En la Misa, Jesús hace el mismo Sacrificio de la Cruz, solo que de modo incruento, que quiere decir, sin derramamiento de sangre, e invisible. Es decir, nosotros no lo vemos, porque está oculto detrás de lo que parece ser pan y vino, pero que después de las palabras de la consagración, ya no son más pan y vino, sino su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad. Jesús en la Misa, hace lo mismo que hace en el Calvario: entrega su Cuerpo en la Eucaristía y derrama su Sangre en la Cruz.
         ¿Tiene algo que ver la Misa con el Sacrificio de Jesús en la Cruz del Viernes Santo?
         Sí, tiene mucho que ver, porque la Misa es ese mismo Sacrificio de la Cruz del Viernes Santo, y no otra cosa. Puesto que nadie se salva si no es por la Cruz de Jesús, por la Misa, el sacrificio de la cruz de Jesús se presente para nosotros, misteriosamente, de modo invisible, para que también nosotros alcancemos la salvación que nos consiguió Jesús por su sacrificio. Si no hubiera Misa, no tendríamos forma de salvarnos, porque no podríamos alcanzar la Cruz de Jesús. Porque hay Misa, hay Cruz, porque en la Misa, baja desde el cielo, invisible y misteriosamente, Jesús en la Cruz, para que podamos salvarnos. Es por esto que la Misa tiene mucho que ver con la Cruz: es el mismo y único Sacrificio de la Cruz, al punto que uno de sus nombres es: “Santo Sacrificio del Altar”.

Preguntas:
1. ¿Qué es un sacrificio?
2. ¿Por qué la Misa es un sacrificio?
3. ¿Qué ofrece Jesús a Dios en la Misa?
4. ¿Tiene algo que ver la Misa con el Sacrificio de Jesús en la Cruz?

viernes, 17 de octubre de 2014

El Evangelio para Niños: “Den al César las pasiones y a Dios los corazones”



"Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"


(Domingo XXIX – TO – Ciclo A – 2014)
         En este Evangelio, unos señores le llevan una moneda de plata, que tenía dibujada la cara del emperador de Roma –se llamaba Tiberio- y le preguntan si estaba bien pagarle con esa moneda al emperador. En realidad, lo que querían estos señores, era tenderle una trampa a Jesús, porque si Jesús decía que había que pagar, entonces lo iban a acusar de que Él estaba de parte de los romanos y en contra de los hebreos; si decía que no había que pagar, también lo iban a acusar lo mismo, porque entonces iban a decir que Jesús andaba diciendo que no había que pagar los impuestos al emperador de Roma. O sea que, ya sea que Jesús respondiera que sí había que pagar, o que no había que pagar con la moneda de plata que tenía dibujada la cara del emperador romano Tiberio, lo iban a acusar de todos modos.
         Pero la respuesta que les da Jesús los deja calladitos a todos. Jesús les dice: “¿De quién es ésa figura y inscripción?”. Y ellos le dijeron: “Es del César”. Entonces Jesús les dijo: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Y así Jesús los dejó a todos callados, porque de esa manera, nos enseña, a ellos y a nosotros, que hay que pagar los impuestos y que hay que obedecer a las autoridades civiles de la Patria, siempre y cuando no se opongan a la Ley de Dios.
         Pero hay otra cosa que también nos enseña Jesús cuando nos dice: “Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, porque el “César” es también el mundo, que ha sido vencido para siempre por Jesús en la cruz; entonces, al César hay que darle todo lo que no nos sirve para entrar en el cielo y es el hombre viejo y todo lo que hay en el hombre viejo: los pecados, las malas inclinaciones, los malos deseos, los malos pensamientos, las malas obras y cualquier cosa que nos aleje de Dios; a Dios, en cambio, hay que darle lo que le pertenece: nuestro corazón, renovado por la gracia, y con él, todo lo que somos y lo que tenemos, junto con nuestros seres queridos, los papás, los hermanos, los abuelos, los amigos, y se lo damos a través del Corazón Inmaculado de María, porque así nos aseguramos que Dios lo recibirá, ya que Dios nunca rechaza nada de lo que María le da.
“Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Al César le pertenecen las pasiones, a Dios los corazones. Le demos al César nuestras pasiones, para que queden vencidas, junto al mundo, pisados y vencidos bajo la cruz, y le demos a la Virgen nuestros corazones, para que Ella se los dé a Nuestro amado Dios Jesús.




La Misa explicada a monaguillos Parte 1


La Adoración del Cordero místico

(Jan Van Eyck)

            ¿Qué es la Misa?
            Es un misterio,
            ¿Qué es un misterio?
Un misterio es algo que no vemos con los ojos, porque es invisible, pero sí lo podemos ver con los ojos de la fe.
            ¿Qué misterio pasa en la misa?
            En la Misa pasa el “misterio de la Fe”.
            ¿Cuál es el “misterio de la Fe”?
            Es el misterio por el que, por el poder de Dios que pasa a través del sacerdote, el pan y el vino se convierten en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. por eso, cuando el sacerdote se arrodilla después de la consagración, se levanta y dice, mirando a la Eucaristía: “Éste es el misterio de la Fe”.
            El “misterio de la Fe”, el misterio invisible que sucede en la Misa, es que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. Y como Jesús se llama también “Cordero de Dios”, el misterio de la Misa es que sobre el altar, después de la consagración, aparece, invisible, en la Eucaristía, el Cordero de Dios. Con esta lámina que vemos aquí abajo, que se llama “La Adoración del Cordero místico”, del artista belga Jan Van Eyck, podemos representarnos el “misterio de la Fe”, el misterio invisible de la Santa Misa.

Preguntas:
1. ¿Qué es la Misa?
2. ¿Qué es un misterio?
3. ¿Qué misterio pasa en la Misa?
4. ¿Qués es el "misterio de la Fe"? Explícalo con tus palabras.

viernes, 3 de octubre de 2014

El Evangelio para Niños: “Los viñadores malos que se querían quedar con la viña que no era de ellos”

  


(Domingo XXVII – TO Ciclo A – 2014)

Jesús nos cuenta una parábola en la que el dueño de una viña le dijo a unos trabajadores que fueran a trabajar mientras él se iba de viaje, y que él les iba a mandar a sus criados para que les mandaran el vino que saliera de las uvas exprimidas, cuando él volviera del viaje. Los trabajadores le dijeron que sí, pero como eran malos y eran muy codiciosos –codiciosos quiere decir que son ladrones, es decir, que se apropian de lo que no les pertenece, porque querían quedarse con la viña que no era de ellos-, escucharon la voz del diablo que les decía que no le hicieran caso al dueño de la vid, que no les dieran nada a los criados, y si éstos insistían, que los golpearan, y si seguían insistiendo, que los mataran, para quedarse con la viña.
Los malos trabajadores, que también eran perezosos, le hicieron caso al diablo, y cuando llegaron los criados a pedirles el vino de parte del patrón, les pegaron primero y los mataron después. El patrón se apenó mucho, pero pensó que si mandaba a su hijo, se iban a arrepentir de su mala conducta y que le iban a dar lo que le correspondía, que era el vino de la vid, pero los malos trabajadores, lejos de arrepentirse, golpearon también al hijo del dueño, lo sacaron fuera de la vid, y también lo mataron.

¿Quiénes son estos malos trabajadores? El Pueblo Elegido, que el Viernes Santo, lo sacó fuera de Jerusalén, y lo crucificó en el Monte Calvario. Pero también podemos ser nosotros, cuando, con nuestros pecados, crucificamos a Jesús, porque también nosotros somos como los malos viñadores, como esos viñadores homicidas, que no solo no dan frutos, sino que dan muerte al hijo del dueño de la vid, que es Cristo Jesús, y eso pasa cuando cometemos pecados. Por eso es que tenemos que proponernos, no solo no cometer ningún pecado mortal, sino también, ningún pecado venial deliberado, y tenemos que proponernos vivir siempre en estado de gracia santificante, para que seamos viñadores que den frutos de santidad, de uno, de cien, de mil por mil, para que el Dueño de la Vid, que es Dios Padre, cuando regrese del viaje, es decir, el Día del Juicio Final, nos dé la paga por nuestro trabajo en su viña, que es la Iglesia, y la paga es su mismo Hijo Jesús, y así seremos felices junto a Él, contemplándolo por toda la eternidad.