¿Cómo fue la Resurrección de Jesús?
Para saber cómo fue, entremos respetuosamente, con el
espíritu y el corazón, al Santo Sepulcro, el día del Viernes Santo y quedémonos
ahí arrodillados, en un rincón, viendo lo que pasa.
En el Santo Sepulcro está, tendido sobre la loza, el Cuerpo
muerto de Jesús; allí lo habían llevado sus amigos después de desclavarlo y
bajarlo de la cruz. Se lo entregaron a su Mamá, la Virgen, para que lo tuviera
un rato entre sus brazos y luego lo envolvieron en una sábana y lo llevaron en
procesión hasta el sepulcro.
De rodillas, vemos cómo la Virgen es la última en salir del
sepulcro; luego, los amigos de Jesús cierran la puerta con una pesada piedra. En
el Santo Sepulcro, todo es oscuridad y silencio; no se puede ver nada, porque
no entra la luz del sol y no se escucha nada, porque sólo se encuentra Jesús,
que está muerto sobre la piedra fría.
De pronto, sucede algo inesperado: a la altura del Corazón
de Jesús, se comienza a ver una pequeña lucecita, la cual se va haciendo cada
vez más grande y más intensa; además, esta luz empieza a correr rápidamente por
todo el Cuerpo de Jesús, dándole vida a todo su Cuerpo, además de iluminarlo. Así,
en un segundo, la luz que había nacido en el Corazón de Jesús, recorrió todo su
Cuerpo, iluminándolo y dándole vida, de manera que en cerrar y abrir de ojos,
Jesús vuelve a la vida, iluminando todo el Santo Sepulcro, con una luz más
fuerte que miles de millones de soles juntos.
Pero además pasa otra cosa: cuando la luz aparece en el
Corazón de Jesús, el Corazón comienza a latir con mucha fuerza, porque vuelve a
la vida y como late con mucha fuerza, se escucha el retumbar del Corazón de
Jesús en todo el Santo Sepulcro y a los latidos de Jesús se les suman los
cantos de los ángeles, que bajan del Cielo y comienzan a cantar, alegres porque
Jesús vuelve a la vida. Entonces, si antes de la Resurrección solo había
oscuridad y silencio, ahora está resplandeciente con la luz de la gloria de Dios
que brota del Cuerpo de Jesús y se escuchan los latidos del Corazón de Jesús y
los cantos de los ángeles. Jesús vuelve a la vida que Él tenía junto al Padre
desde la eternidad y así se aparece primero a su Mamá y después a los
discípulos y al finalizar los cuarenta días, sube al Cielo, en donde está
sentado a la derecha de Dios Padre. En esto consiste la Resurrección de Jesús.
Por último, debemos recordar que Jesús está en el Cielo,
glorioso y resucitado, pero también está aquí en la tierra, con el mismo Cuerpo
glorioso y resucitado, en la Eucaristía y así Jesús cumple la promesa de que iba
a estar con nosotros “todos los días, hasta el fin del mundo”. Acerquémonos entonces
a Jesús resucitado y glorioso, para que Él nos dé luz, la vida y el Amor de Dios.
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