Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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viernes, 13 de junio de 2014

El Evangelio para Niños: La Santísima Trinidad


(TO – Ciclo A – 2014)
         ¿Cómo es Dios? Los católicos sabemos cómo es Dios, porque Jesús, en el Evangelio, nos lo enseñó y la Iglesia, con el Catecismo, nos lo hace aprender para cuando recibimos la Primera Comunión. Conocer y amar a Dios, como nos lo enseñan Jesús y la Iglesia, es la aventura más hermosa que jamás nadie pueda vivir en esta vida y en la otra, y este solo hecho justifica vivir y  morir cientos de miles de veces. ¿Cómo es Dios? Jesús nos enseña que Dios es “Uno y Trino”, es decir, que es Uno en Naturaleza y Trino en Personas, y esto no quiere decir que existan tres dioses, sino que Dios es Uno solo y que en Él hay Tres Personas. Sólo los católicos sabemos toda la verdad acerca de Dios; solo los católicos sabemos que Dios es la Santísima Trinidad, que Dios es Uno solo, de una sola naturaleza y que en Él hay Tres Personas. Es algo parecido a una familia formada por papá, mamá y el hijo: tres personas, y una familia, unidas por el amor. ¡Es un misterio maravilloso! Y como todo misterio, no lo podemos entender, solo lo podemos creer y lo creemos con amor, porque Jesús, que es Dios, no nos puede mentir ni engañar, y si Jesús nos lo dice, es porque es Verdad.
¿Qué nos enseña Jesús? Jesús nos enseña que Él es Dios, igual que su Papá, pero también nos enseña que el Espíritu Santo es Dios, y que las Tres Divinas Personas son un solo Dios verdadero; no que son tres dioses, sino un solo Dios verdadero. Jesús nos enseña también que las Tres Divinas Personas nos aman tanto, que quieren que todos vayamos al cielo, y para que vayamos al cielo, el Papá de Jesús lo mandó a Él, a que viniera aquí, a la tierra, para que muriera en la cruz y con su Sangre nos limpiara de nuestros pecados y nos dejara su Cuerpo para que nos alimentáramos de Él. Pero además, la Trinidad nos ama tanto, que no solo quiere que nos salvemos, sino que quiere convertir a nuestros corazones, en algo más grande que los cielos: quiere convertir a nuestros corazones en su morada, en su lugar de residencia, y así lo dice Jesús: “El que me ama, cumplirá mis mandamientos, y mi Padre y Yo lo amaremos, y haremos morada en él” (Jn 14, 23). Quiere decir que si alguien ama a Jesús, Jesús, que es Dios, vendrá al corazón del que lo ame, y junto con Él, vendrán Dios Padre y Dios Espíritu Santo, que es el Amor del Padre y del Hijo, y las Tres Divinas Personas “harán morada en ese corazón”, es decir, las Tres Divinas Personas vendrán a vivir en ese corazón. ¡Qué hermosísimo misterio, el de la Santísima Trinidad!

Las Tres Divinas Personas quieren que, por la gracia que Jesús nos consiguió con su Sangre en la Cruz, nuestro pobre corazón se convierta en la casa en donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, vengan a vivir para siempre. ¿Puede haber algo más hermoso que esto? ¿Puede acaso alguien imaginar algo más maravilloso que ver a su pobre corazón, hermoseado por la gracia y habitado por las Tres Divinas Personas, las Personas Divinas del Dios Uno y Trino? ¡Alabemos por siempre a la Santísima Trinidad, que ha querido enviar a Dios Hijo, Jesucristo, a morir en la Cruz, para donarnos su gracia, para que por la gracia, convirtamos nuestra alma, nuestro corazón y nuestro cuerpo, en templo, sagrario y custodia de las Tres Amabilísimas, Adorabilísimas y Preciosísimas Divinas Personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo! Démosle gracias también, a la Santísima Trinidad, por habernos dado a la Flor de los cielos, la Virgen María, porque por Ella vino a este mundo, Dios Hijo, Jesucristo, Nuestro Rey y Señor, enviado por Dios Padre, para donarnos al Amor de Dios, el Espíritu Santo. 

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