Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

domingo, 21 de julio de 2013

El Evangelio para Niños: María ha escogido la mejor parte

(Domingo XVI - TO – Ciclo C – 2013)
         Una vez Jesús fue a la casa de unos amigos muy queridos de Él, que vivían en un pueblito que se llamaba Betania. Sus amigos eran tres hermanos, un varón, Lázaro, y dos mujeres, Marta y María. Jesús los quería mucho, y ellos lo querían mucho a Jesús, y por eso Jesús iba con frecuencia a su casa, a visitarlos. Sucedió que una vez que Jesús estuvo en la casa, Marta se puso a limpiar todo y a preparar cosas ricas para comer, porque quería así demostrarle su amor a Jesús. Pero mientras Marta estaba toda apresurada trabajando, María en cambio se quedó a los pies de Jesús, mirándolo y adorándolo, porque era el Hombre-Dios.

         Las dos hermanas amaban a Jesús, y las dos demostraban su amor de modo distinto: Marta, a través del trabajo, porque trabajaba para Jesús, para que Jesús tuviera una rica comida y para que todo estuviera limpio en su honor, y esta forma de amar a Jesús a través del trabajo, se llama “apostolado”; María, a su vez, también amaba a Jesús, pero su modo de demostrar el amor, era mirarlo y amarlo, amarlo y mirarlo, en el silencio del corazón, y esa forma de mirar y de amar a Dios, en el silencio y con el corazón, se llama “contemplación”.         Estas dos formas de amar a Jesús existen en la Iglesia, y se llaman “vida apostólica” y “vida contemplativa”. La vida apostólica es la que lleva el sacerdote de la parroquia, por ejemplo; la vida contemplativa, es la de los monjes y monjas que viven en los monasterios. Las dos son formas de amar a Dios, y es Dios en Persona el que llama a una o a otra. ¿Cómo te gustaría amar a Jesús? ¿Con el trabajo apostólico, como Marta, llevando al mundo a Dios? ¿O por la contemplación, como María, amando a Jesús día y noche en el convento? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario