Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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sábado, 8 de julio de 2017

El Evangelio para Niños: Vengan a Mí y Yo los aliviaré


(Domingo XIV - TO - Ciclo A – 2017)

“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré” (Mt 11, 25-30). En este Evangelio, Jesús nos propone que hagamos con Él un cambio: nos dice que, si tenemos una preocupación, que vayamos adonde está Él y que Él nos dará su yugo, que es suave. Es decir, lo que tenemos que hacer, es ir adonde está Jesús –Jesús está en el sagrario y en la cruz- y, arrodillados ante Él, dejar a sus pies nuestras preocupaciones, y recibir a cambio lo que Él nos dé, su yugo. ¿Y en qué consiste ese yugo que nos dará Jesús? Consiste en tratar de ser como Él, que es “paciente y humilde de corazón”. Y cuando hagamos esto, obtendremos alivio.
Entonces, en esto consiste el cambio que nos propone Jesús: que vayamos ante el sagrario o ante la cruz, nos arrodillemos delante suyo, le dejemos aquello que nos preocupa, y recibamos su yugo, que consiste en tratar de ser como es Jesús: mansos, pacientes y humildes de corazón. Y así, obtendremos alivio.
Cuando haya algo que nos preocupe, hagamos lo que Jesús nos dice: vayamos adonde está Él y le dejemos a sus pies las preocupaciones y tomemos el yugo que Él nos dará, que significa tratar de ser mansos, pacientes y humildes como Él.

“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio”. Los cristianos somos los más afortunados del mundo porque no hay problema, por grande que sea, que no pueda ser llevado por Jesús, y lo único que tenemos que hacer, a cambio de que Jesús lleve nuestros problemas, es tratar de imitarlo en su paciencia y mansedumbre.

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