Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

domingo, 12 de mayo de 2013

Consagración a la Virgen para Niños Especiales



(Parroquia Nuestra Señora de la Caridad - Yerba Buena - Tucumán)
         ¿Como qué es consagrarnos a la Virgen?
         Como cuando nuestra mamá  de la tierra nos llama para abrazarnos, para llenarnos de besos y caricias, y para decirnos: “Hijo mío, te amo”.
         Como cuando nuestra mamá de la tierra nos toma de la mano y nos lleva de paseo por lugares hermosos, y en el camino vamos tomando helados y comiendo cosas ricas, y el viaje se convierte en una fiesta.
         Como cuando nuestra mamá de la tierra, en un día de tormenta y de truenos y de rayos que dan miedo, nos abraza y nos tiene contra su corazón, y nos hace pasar todo el miedo.
         Como cuando nuestra mamá de la tierra, cuando tenemos hambre a la tarde, nos prepara de merienda un poco de leche azucarada caliente con pan recién amasado y miel, riquísimo.
        Como cuando nuestra mamá de la tierra, cuando tenemos muchas tareas para la escuela, nos enseña todo lo que tenemos que saber, y más, para aprobar con diez felicitado.
         Como cuando nuestra mamá de la tierra, cuando la vemos trabajar con amor para nosotros, todo el día sin descanso, despierta en nuestro corazón un amor tan tierno y nos parece tan maravillosa, que queremos ser como ella en todo.
         Como cuando a nuestra mamá de la tierra le damos un regalo hecho con nuestras y con todo nuestro amor, para el día de su cumpleaños.
         Así como es con nuestra mamá de la tierra, así es la consagración a la Virgen, que es nuestra Mamá del cielo.
         Ella nos refugia en su Corazón Inmaculado y nos cubre de besos, y nos dice: “Hijo mío, te amo”.
         La Virgen nos toma de la mano y nos lleva de esta vida al cielo, que es más lindo que todos los lugares lindos, donde siempre hay fiesta, alegría porque vemos a Dios para siempre.
         Con la consagración, la Virgen nos guarda a todos en su Corazón Purísimo, y ahí no nos dan miedo ni los rayos que caen del cielo, ni los truenos, ni las tormentas, ni nada.
         La Virgen nos prepara una comida exquisita: un Pan exquisito, más rico que el pan con miel, la Hostia donde está su Hijo Jesús; un Vino dulce más dulce que licor, la Sangre de Jesús, y Carne asada en el Fuego del Amor de Dios, la Carne del Cordero de Dios.
         La Virgen es nuestra Maestra del cielo, porque nos enseña a leer en el Libro de la Cruz, donde está todo lo que tenemos que saber, y más, para salvarnos e ir al cielo.
         Cuando la vemos a la Virgen que hace todo esto para nosotros, se despierta en nuestro corazón un amor tan tierno y nos parece tan maravillosa, que queremos ser como Ella en todo, y además para agradecerle por su amor, le regalamos nuestro corazón.          
         Consagrarnos a la Virgen es amar a nuestra Mamá del cielo y querer ser siempre como Ella.

         

No hay comentarios:

Publicar un comentario