Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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domingo, 15 de septiembre de 2013

El Evangelio para Niños: "En el cielo hay más alegría por un pecador que se convierte..."

 
(Domingo 24 - TO - C - 2013)
          En el Evangelio de hoy Jesús nos cuenta qué es lo que pasa en el cielo, en donde están los ángeles y los santos, cuando un pecador se convierte: los ángeles y los santos, que ya están alegres en el cielo, se alegren todavía más, y hacen fiesta, y se ponen más contentos.
          ¿Qué quiere decir esa palabra "conversión", que hace que los ángeles se alegren en el cielo?
          Para saber qué quiere decir la palabra "conversión", nos imaginemos una flor muy linda, que se llama "girasol". ¿Qué hace esta flor? Cuando es de noche, el girasol está agachado hacia abajo, y todos sus pétalos están juntos, porque la flor está cerrada. Pero cuando sale el sol, el girasol levanta su cabeza, por así decir, y deja de mirar a la tierra, para empezar a mirar al sol, porque se siente atraído por su luz, y sigue al sol a lo largo de su recorrido por el cielo. Pareciera como que el girasol está triste por la noche, cuando hay oscuridad, y por eso se queda agachadito, mirando hacia la tierra, pero se pone alegre cuando sale el sol, y lo sigue por donde va en el cielo, porque le gusta mucho la luz del sol. El girasol "se da vuelta" cuando aparece el sol y se mueve hacia donde el sol se mueve, y por eso se llama "girasol".
          Bueno, esto que pasa con el girasol, pasa con nuestro corazón: cuando nuestro corazón no conoce ni ama a Dios, está oscuro y triste, y está con su cara mirando hacia abajo, hacia el suelo, y se siente atraído por las cosas de este mundo, pero cuando conoce a Dios, que se llama Jesucristo, entonces se pone alegre porque lo ama, y así el corazón deja de mirar hacia la tierra, para mirar a Jesús, que está en la Cruz y en la Eucaristía, y cuando el corazón mira a Jesús, se alegra porque lo ama, y quiere seguirlo adonde sea que vaya Jesús.
          Cuando el corazón hace este giro y deja de mirar a la tierra para mirar a Jesús, esto se llama "conversión", y los ángeles se alegran porque el que se convierte, es decir, el que empieza a mirar a Jesús en la Cruz y en la Eucaristía, empieza a amarlo y eso es, casi, casi, como estar ya en el cielo, viviendo todavía en la tierra.

          

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