Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

sábado, 23 de noviembre de 2013

El Evangelio para Niños: Cristo Rey


(Ciclo C – TO – 2013)
         En este día la Iglesia está muy contenta y hace fiesta porque celebra a su Rey, Jesús. Para todos nosotros, que estamos en la Iglesia, Jesús es nuestro Rey, y como todo rey, tiene corona, un cetro, un sillón real, un manto real, y vive en un castillo. Pero Jesús es un rey especial, muy distinto a los que conocemos. ¿Por qué? Veamos porqué.
Dijimos que tiene una corona, pero esa corona no es de oro, ni tiene rubíes y diamantes, como las coronas de los reyes de la tierra; es una corona hecha de espinas, muy grandes y con mucho filo, que le traspasan su Cabeza y le hacen salir mucha sangre, que es la Sangre con lo que lava nuestros malos pensamientos.
Jesús Rey tiene también un cetro –un bastón-, como los reyes de la tierra; el cetro indica el poder del rey, y quiere decir que el que tiene el cetro, es el que manda a todos los demás. El cetro de Jesús no es un bastón de marfil: son los tres clavos de hierro que clavan sus manos y sus pies a la Cruz, porque así Jesús le pide perdón a Dios Padre por las obras malas que hacemos con las manos y por los pasos malos que caminamos cuando cometemos algún pecado.
Jesús Rey tiene un sillón real, pero no es como los de los reyes de la tierra, que están todos pintados en oro y tienen almohadones grandes de seda roja para que el rey se siente cómodo; el sillón desde donde Jesús Rey gobierna el Universo, es el Leño Santo de la Cruz, el Madero de la Cruz, y desde allí Jesús nos mira, esperando que vayamos a arrodillarnos al pie de la Cruz, para darnos su bendición y su Amor.
Jesús tiene un manto real, pero su manto no es como el de los reyes de la tierra, que tienen mantos hechos de pieles finas, de telas muy caras, cosidas con hilos de oro y plata; el manto de Jesús, que es de color rojo fuerte, está hecho de su propia Sangre, la Sangre que sale de sus heridas abiertas por nuestros pecados.

Por último, como todo rey, Jesús vive en un castillo, pero no es un castillo de piedra, rodeado de agua con cocodrilos, ni tampoco tiene una puerta de madera que se levanta y se baja para permitir el paso de los que quieren entrar o salir del castillo, como se ve en las películas; el castillo en donde vive Jesús es el Reino de los cielos, allí vive con su Papá y con el Espíritu Santo, con la Virgen y con todos los ángeles y santos del cielo. En el cielo, Jesús vive lleno de la luz y de la gloria de Dios, y ya no va a morir nunca más, y va a venir el Día del Juicio Final para darles un premio a los buenos y para castigar a los malos con el Infierno.
Jesús Rey está entonces en la Cruz y está en ese "castillo" especial y muy hermoso que e el cielo, y desde allí reina en las almas que lo aman. 
Ah, pero también aquí en la tierra Jesús Rey vive en un castillo: ese castillo se llama “sagrario”, y allí está nuestro Rey Jesús, escondido detrás de algo que parece un poco de pan, pero ya no es más pan, porque es su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad, es decir, es la Eucaristía. Allí nos espera nuestro Rey Jesús, en la Eucaristía, para que vayamos a decirle que lo amamos mucho, tanto, que lo adoramos, y que así como lo amamos y adoramos en la tierra, así también queremos amarlo y adorarlo en el cielo, para siempre, con todos nuestros seres queridos.

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