Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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domingo, 11 de octubre de 2015

El Evangelio para Niños: vender lo que tenemos y darlo a los pobres


(Domingo XXVIII – TO – Ciclo B – 2015)

         Un hombre se acerca a Jesús para decirle qué tiene que hacer para ganar la vida eterna y Jesús le dice que tiene que cumplir los Mandamientos, entre ellos, honrar padre y madre. El hombre, que es bueno, le dice que sí, que eso él lo hace “desde su juventud”, es decir, desde hace mucho tiempo. Entonces Jesús le dice que le falta algo: que venda lo que tiene, que le a los pobres y así entrará en el Reino. El hombre se retira triste porque tenía muchos bienes y estaba muy apegado a  ellos.
         Este hombre podemos ser nosotros: tratamos de cumplir los mandamientos, sabemos que hay una vida eterna para ganar, un cielo para entrar, un infierno para evitar. Pero, como el hombre del Evangelio, tenemos muchos bienes. No quiere decir que tengamos mucho dinero, o muchas cosas. Basta con que tengamos un lápiz y estemos tan apegados a ese lápiz, que no lo queramos ni siquiera prestar por un ratito. Basta con que siempre queramos salirnos con nuestros caprichos, antes que con lo que nos dicen nuestros padres, para que ya tengamos cosas que no nos dejan ir al cielo.
Entonces, como el hombre del Evangelio, tenemos cosas que tenemos que vender si queremos ir al cielo: cosas materiales, como un lápiz, o inmateriales, como mis caprichos.
¿Qué hacer?
Jesús nos lo dice: “Ve y vende a los pobres y así tendrás un tesoro en el cielo”. Tenemos que hacer una compra-venta: vender lo que tenemos, para comprar un tesoro en el cielo.
¿Cómo?

Se los vendemos a Jesús en la cruz y se los damos a Él, que es Pobre en la cruz, porque Jesús dice que hay que dárselos “a los pobres” y el primer pobre es Él, porque Él no tiene nada en la cruz, sólo los clavos, el leño, el cartel, el lienzo, y todo lo tiene prestado. Le vendemos a Jesús todo lo que tenemos y no nos deja ir al cielo, y a cambio Jesús nos da un tesoro, que es la vida eterna.

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