Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

viernes, 6 de diciembre de 2013

El Adviento para Niños – 2do Domingo de Adviento: "Preparen los caminos y allanen los senderos"


(Ciclo A - 2013/13)
         En este Evangelio, Juan Bautista nos dice que en el tiempo de Adviento, antes de Navidad, debemos “preparar los caminos y allanar los senderos”.
¿Qué quiere decir Juan Bautista? Nos quiere decir que tenemos que hacer como cuando alguien se pone en el trabajo de enderezar un camino y dejarlo todo derechito y plano, porque el corazón del hombre es como un camino lleno de curvas y de subidas y bajadas.   
El camino lleno de curvas y de pendientes, subidas y bajadas, es nuestro corazón, porque así como un camino con curvas primero dobla para un lado y después dobla para otro, así es nuestro corazón, que primero quiere una cosa y después quiere otra: primero quiere portarse bien pero al rato hace algo que no está bien. El profeta Jeremías dice: “Más engañoso que todo, es el corazón” (17, 9), y Jesús dice en el Evangelio: “Es del corazón del hombre de donde salen toda clase de cosas malas” (Mc 7, 21).
El corazón es también como un camino con subidas y bajadas, porque en un momento queremos a Dios y deseamos las cosas del cielo –y eso sería un camino en subida- y queremos ser los más santos del mundo, y en otro momento queremos las cosas de la tierra, sin importarnos el cielo –eso sería un camino en bajada-.
Es por esto que Juan el Bautista nos dice que tenemos que “preparar los caminos y allanar los senderos”, para que el camino sea recto y sin subidas y bajadas. ¿Por qué? Porque ya viene caminando, con paso lento pero firme, el burrito que trae a la Virgen y al Niño Dios, que viene dentro de la panza de la Virgen porque todavía no nació. Si el burrito encuentra un camino con muchas curvas y con muchas subidas y bajadas, no va a poder llegar para Navidad, y nos vamos a quedar sin el Niño Dios. Es decir, si nuestro corazón es orgulloso, caprichoso, egoísta, desobediente y perezoso, el Niño Dios no va a poder nacer. Pero si el burrito encuentra un camino todo derechito, sin subidas y bajadas, es decir, si nuestro corazón es humilde y está lleno de la gracia de Dios, entonces sí va a poder nacer el Niño Dios en él, y nos va a llenar de su luz, de su paz, de su Amor, y esa es la verdadera Navidad.
¿Cómo hacer para que nuestro corazón sea como un camino todo derechito y liso? Con la penitencia, la oración y las buenas obras.

Para que el Niño Dios nazca en nuestros corazones en Navidad, es que Juan Bautista nos dice que en Adviento debemos “preparar los caminos y allanar los senderos”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario