Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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sábado, 11 de noviembre de 2017

El Evangelio para Niños: Parábola de las vírgenes necias y prudentes


(Domingo XXXII - TO - Ciclo A – 2017)

         “El Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes” (Mt 25, 1-13). Para comprender la parábola, hay que saber qué significa cada cosa:
         Las vírgenes son las almas de los bautizados, es decir, cada uno de nosotros; las lámparas, son los cuerpos; el aceite, es la gracia; la luz, es la fe; la noche, es el día de la propia muerte y también el Día del Juicio Final; el esposo que viene de improviso es Jesús, que viene a nosotros como Juez en el Juicio Particular y como Justo Juez también en el Día del Juicio Final; la llegada de improviso es el desconocimiento que tenemos de cuándo será, tanto la propia muerte, como el Día del Juicio Final; la casa donde entra el novio es el Cielo; la fiesta de bodas, significa la vida feliz que los bienaventurados llevan en el cielo, sin penas ni tristezas de ningún tipo, y solo con alegría y amor, para siempre; la noche representa tanto la muerte particular, como el Día del Juicio Final y también el Infierno; las vírgenes necias son las almas que murieron sin la gracia, en pecado mortal, por propia decisión; no tenían luz, porque no tenían fe: son las almas que no quieren rezar, que no quieren confesarse ni comulgar, que no quieren asistir a misa, que no quieren ayudar a los más necesitados con las obras de misericordia que pide la Iglesia. Estas almas se condenan en el Infierno, pero se condenan por propia voluntad, porque Dios no obliga a nadie a venir a la Iglesia y a portarse bien, quien quiere hacerlo, lo hace, y se salva, pero el que no quiere hacerlo, Dios no lo obliga, pero no se salva. Por eso, las vírgenes necias se quedan fuera de la Casa de Dios, se quedan afuera, en las tinieblas, que representan el Infierno y la Segunda Muerte y nunca van a participar de la alegría de las vírgenes prudentes.
         Las vírgenes prudentes son las almas que murieron en gracia de Dios, y como su alma estaba en gracia, tenían la luz de la fe y por eso hicieron muchas obras de misericordia y así salvaron sus almas. Entran en la casa donde hay fiesta de bodas, porque quiere decir que por tener fe en Jesús Eucaristía, por confesarse seguido, por evitar el pecado y por obrar la misericordia, salvaron sus almas y ahora están en el Cielo, para siempre, donde todo es alegría, paz, amor y felicidad sobrenatural, porque todos contemplan a Dios Uno y Trino y Dios Uno y Trino les da a todos de su Ser, que es Paz, Amor y Alegría infinitas.

         Si Jesús viniera esta noche, ¿cómo encontraría mi alma? ¿Con la lámpara encendida, es decir, con fe y con obras? ¿O me encontraría con la lámpara apagada, sin fe y sin obras de amor? Hagamos como las vírgenes prudentes y mantengamos la lámpara de la fe siempre encendida, con el alma en gracia y con buenas obras, y así Jesús, el Esposos, cuando venga en medio de la noche, nos llevará a la Casa de su Papá, en el Cielo, para siempre.

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