Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

sábado, 6 de agosto de 2016

El Evangelio para Niños: Jesús quiere que vivamos siempre en gracia


Jesús, Justo Juez y la Virgen, en el Día del Juicio Final.


(Domingo XIX – TO – Ciclo C – 2016)

         “Estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos prevista” (Lc 12, 32-48). Jesús nos cuenta de un señor, dueño de casa, que se va a una fiesta de un casamiento y vuelve tarde, cuando ya están todos durmiendo, y tiene dos sirvientes: uno, que es bueno, y que lo quiere, y que lo espera para cuando vuelva, despierto, con la ropa de trabajo, con una candela encendida, y con la mesa puesta; el otro siervo, es malo, perezoso, no le gusta trabajar, no lo quiere a él, su amo, y como piensa que va a volver tarde, se pone a tomar vino y como es malo y peleador, empieza a pegarles a los demás sirvientes. Jesús dice que, cuando llegue el dueño de casa, y nadie sabe a qué hora va a llegar, al sirviente bueno, le va a dar una recompensa, porque él mismo va a hacer que se siente a la mesa, como si fuera el dueño, y le va a empezar a servir una rica comida; al sirviente malo, en cambio, lo va a castigar, echándolo fuera de la casa, en medio de la noche.
El dueño de casa es Él, Jesús, que va a venir en algún momento -que no sabemos cuándo será-, para llevarnos al cielo y, al fin del tiempo, en el Día del Juicio Final, vendrá como Juez de todos nosotros, para darnos una recompensa –el cielo- si nos portamos bien, o para darnos un castigo si nos portamos mal –el infierno-.
¿Y quiénes son los dos siervos, uno bueno y otro malo?
Somos nosotros: si vivimos en gracia –confesándonos seguido y comulgando con fe y con amor, principalmente los Domingos- y cumplimos los Mandamientos de Dios –como niños, tenemos que cumplir todos los mandamientos, pero hay dos mandamientos especiales para nosotros, y son el Primero y el Cuarto- y si tenemos en la mente y en el corazón a Jesús y a la Virgen, somos el siervo bueno y, cuando venga Jesús a buscarnos, nos dará como recompensa el Reino de Dios y nos llevará con Él y con la Virgen al cielo, para estar con ellos para siempre.
Pero si no vivimos en gracia, y no nos preocupamos por confesarnos y venir a Misa los Domingos para recibir a Jesús en la Eucaristía, y si no nos portamos bien en casa, peleando con nuestros hermanos y no hacemos caso a nuestros papás, y somos perezosos y no queremos ayudar ni hacer la tarea de la escuela, entonces, cuando venga Jesús, no nos llevará con Él y nos quedaremos solos y tristes, porque el Único que nos da alegría, paz, amor y felicidad, es Jesús.

¿Cuál de los dos servidores queremos ser? ¡Por supuesto que queremos ser el buen servidor, el que ama a Jesús y la Virgen y cumple sus mandamientos! Y para eso, tenemos que vivir siempre en gracia, como quiere Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario