Cristo Eucaristía, Luz de la niñez y de la juventud

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jueves, 21 de abril de 2016

Catecismo para Niños Santa de Primera Comunión - Lección 22 - Creo en la Santa Iglesia Católica - Parte 1


Catecismo para Niños Santa de Primera Comunión[1] - Lección 22 - Creo en la Santa Iglesia Católica - Parte 1
Doctrina
¿Qué es la Santa Iglesia? La Santa Iglesia es la sociedad de los fieles cristianos, fundada por Jesucristo, y cuya cabeza visible es el Papa.
¿Cuántas iglesias fundó Jesucristo? Jesucristo no fundó más que una Iglesia, que, por tanto, es la única verdadera. Jesús, el Hombre-Dios, fundó la Iglesia Católica, dándole sus “notas o señales distintivas”.
¿Cuáles son las notas o señales distintivas de la verdadera iglesia? Son cuatro: Unidad, Santidad, Catolicidad y Apostolicidad. Esto quiere decir que la Iglesia de Jesucristo es: Una, Santa, Católica y Apostólica. Sólo la Iglesia de Roma posee estas cuatro notas; por lo tanto, sólo la Iglesia de Roma es la Verdadera y Única Iglesia.
¿Qué quiere decir que la Iglesia es Una? La Iglesia es Una y Única. Cristo así lo quiso, pues dijo en singular: “Sobre esta piedra edificaré MI Iglesia” (Mt 16, 18); es decir, no dijo: “mis iglesias”, sino: “MI” Iglesia y esa Iglesia es la Iglesia Católica. En ella hay una sola fe, los sacramentos son los mismos y únicos en todo la Iglesia universal, y hay unidad de gobierno; esto quiere decir que tiene un mismo “Credo” y obedece al mismo jefe que es el Papa.
¿Qué quiere decir que la Iglesia es Santa? Quiere decir que no tiene pecados –aunque está constituida por pecadores, que somos los bautizados-, y es santa porque su Fundador es santo –Jesús es Dios Hijo, tres veces santo-, y es también santa su doctrina y los sacramentos que santifican a las almas.
¿Qué quiere decir que la Iglesia es Católica? Quiere decir que es universal, porque así lo quiso Jesucristo, para que llegara a todos los pueblos de la tierra, para que todos los hombres, sin excepción, sean hijos de Dios y de la Iglesia.
¿Qué quiere decir que la Iglesia es Apostólica? Quiere decir que, si bien nació del Costado traspasado de Jesús, tiene sus orígenes en los Apóstoles, y el Papa y los obispos son legítimos sucesores de los Apóstoles.
Estas notas solo se aplican a la Iglesia Católica y Romana, pues las demás no son “apostólicas”, porque surgieron mucho tiempo después de los Apóstoles, es decir, el protestantismo, que apareció en el siglo XIV y tiene su origen en Lutero, como tampoco les corresponden estas notas a las iglesias surgidas por otros reformadores protestantes, como Lutero, Calvino, Enrique VIII, etc.
Los orientales separados, a su vez, descienden de los Apóstoles y tienen sacramentos válidos, pero como no reconocen al Papa, no tienen unidad con él ni catolicidad.
¿Puede salvarse el que está fuera de la Iglesia Católica? No puede salvarse el que, por propia culpa, está fuera de la Iglesia Católica (pues Jesucristo la instituyó para que por ella todos los hombres puedan conseguir la vida eterna). Si alguien que pertenece a otra religión se salva, no se salva por esa religión, sino por los méritos de Jesucristo, quien concede su gracia santificante a quien no puede recibir los sacramentos sin culpa, de un modo misterioso pero no menos real. Hay una frase que dice: “Fuera de la Iglesia no hay salvación”. ¿Qué significa? La afirmación «fuera de la Iglesia no hay salvación» significa que toda salvación viene de Cristo Cabeza, por medio de la Iglesia, que es su Cuerpo. Por lo tanto no pueden salvarse quienes, conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la salvación, no entran y no perseveran en ella. Ciertamente pueden alcanzar la salvación eterna todos aquellos que, sin culpa alguna, ignoran el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan sinceramente a Dios y bajo el influjo de la gracia, se esfuerzan en cumplir su voluntad, conocida mediante el dictamen de la conciencia[2].
Afirmaciones de los Concilios y los Papas y citas del Magisterio de la Iglesia en donde se afirma que “Fuera de la Iglesia no hay salvación”:
Papa Inocencio III (1198-1216): “Con nuestros corazones creemos y con nuestros labios confesamos solo una Iglesia, no aquella de los herejes, sino la Santa Iglesia Católica Apostolica y Romana, fuera de la cual creemos que no hay salvación”.
Cuarto Concilio de Letrán (1215): “Hay solo una Iglesia Universal de los fieles, fuera de la cual nadie está a salvo”.
Papa Bonifacio VIII, Bula Unam Sanctam (1302): “Nosotros declaramos, decimos, definimos y pronunciamos que es absolutamente necesario para la salvación de toda criatura humana el estar sometida al Romano Pontífice”.
Papa Pío X (1903-1914), Encíclica Jucunda Sane: “Es nuestro deber el recordar a los grandes y pequeños, tal como el Santo Pontífice Gregorio hizo hace años atrás, la absoluta necesidad nuestra de recurrir a la Iglesia para efectuar nuestra salvación eterna”.
Papa Benedicto XV (1914-1922), Encíclica Ad Beatissimi Apostolorum: “Tal es la naturaleza de la fe Católica que no admite más o menos, sino que debe ser sostenida como un todo, o rechazarse como un todo: Esta es la fe Católica, que a menos que un hombre crea con fe y firmemente, el no podrá ser salvado”.
Papa Pío XI (1922-1939), Encíclica Mortalium Animos: “Por si sola la Iglesia Católica mantiene la adoración verdadera. Esta es la fuente de verdad, esta es la casa de la fe, esta es el templo de Dios; Si cualquier hombre entra no aquí, o si cualquier hombre se aleja de ella, el será un extraño a la vida de fe y salvación. ... Es más, en esta única Iglesia de Cristo, no puede haber o permanecer un hombre que no acepta, reconozca y obedezca la autoridad y la supremacía de Pedro y la de sus sucesores legítimos”.
Concilio Vaticano Segundo, Constitución Dogmática Lumen gentium: “14. El sagrado Concilio pone ante todo su atención en los fieles católicos y enseña, fundado en la Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrina es necesaria para la Salvación. Pues solamente Cristo es el Mediador y el camino de la salvación, presente a nosotros en su Cuerpo, que es la Iglesia, y El, inculcando con palabras concretas la necesidad de la fe y del bautismo (cfr. Mc 16,16; Jn 3,5), confirmó a un tiempo la necesidad de la Iglesia, en la que los hombres entran por el bautismo como puerta obligada. Por lo cual no podrían salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia católica fue instituida por Jesucristo como necesaria, rehusaran entrar o no quisieran permanecer en ella”.
Explicación.
En la fotografía se observa la plaza de San Pedro en Roma con la gran basílica del mismo nombre, junto a la cual está el palacio del Vaticano donde reside el Papa o Romano Pontífice.
La basílica de San Pedro es la iglesia más grande del mundo. Desde allí el Papa gobierna a toda la cristiandad y envía sus cartas e instrucciones a todo el mundo cristiano.
Si vemos una capilla hasta una magnífica catedral, tal como están dispersas por el mundo, debemos saber que los templos son sólo los lugares donde se reúnen los cristianos para los actos de culto, y aunque se les llame iglesias o capillas, la Iglesia propiamente es una sola, formada no por piedras, sino por hombres cristianos o bautizados. Por este motivo, la Iglesia recibe también el nombre de “Cuerpo Místico de Cristo” y, como todo cuerpo, tiene una cabeza: la Cabeza de este Cuerpo es Jesús, el Hombre-Dios.
En toda sociedad bien organizada hay quien manda y gobierna, y quien escucha y obedece, así en la Iglesia de Cristo hay quienes gobiernan y enseñan, y estos son el Papa, los obispos y sacerdotes que forman la Iglesia docente, y quienes obedecen y son enseñados, son los demás bautizados o fieles en general y forman la Iglesia discente.
Práctica: Me gloriaré de pertenecer a la Iglesia Católica la cual, conforme a la promesa de Jesucristo, no será nunca destruida, por mucho que sea perseguida: “Las puertas del infierno no prevalecerán contra mi iglesia” (Mt 16, 18; 28, 20).
Palabra de Dios: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16, 18). “Yo estaré con vosotros hasta la consumación del mundo” (Mt 28, 20). “Si me persiguieron a Mí, también a vosotros os perseguirán” (Jn 15, 20); “Pero confiad, Yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).
Ejercicios bíblicos: La Iglesia es Cuerpo Místico de Cristo: Rom 12, 4-5; 1 Cor 12, 12; Lc 10, 16.





[1]  Adaptado de B. Martín Sánchez, El Catecismo Ilustrado.
[2] http://es.catholic.net/catholic_db/archivosWord_db/respuestas33.pdf

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